Agencias

 

El Cairo, agosto 17, 2013. – Tras un nuevo y sangriento ‘Viernes de la ira’, este sábado el foco de la tensión en Egipto permanece en los alrededores de la mezquita de Al Fath, en el barrio cairota de Ramsés, donde un grupo de seguidores de los Hermanos Musulmanes permanece atrincherado tras esconderse allí buscando refugio durante los disturbios.

La cifra de víctimas es dramáticaa: el ministerio de Sanidad ha confirmado la muerte de 173 personas, 95 de ellas en El Cairo, durante la jornada de ayer. Los Hermanos Musulmanes, grupo al que perteneció el depuesto Mursi hasta que accedió a la Presidencia, ya habían señalado que en la capital habían muerto más de cien personas.
 

Todas las cámaras miran ahora a la mezquita de Al Fatah, donde hasta 700 islamistas -según testigos citados por la cadena árabe Al Yazira- aseguran tener miedo de salir porque podrían ser arrestados o agredidos por otros civiles. Y es que en los alrededores se han reunido gran cantidad de residentes de la zona indignados porque el viernes se lanzaron disparos desde la manifestación, señala la agencia DPA.

Una fuente de los servicios de seguridad explicó que varios manifestantes continúan en el interior, después de que la mayoría saliese durante la madrugada, cuando la policía les abrió un paso seguro para poder marcharse. La agencia de noticias estatal Mena añade que se defienden con extintores, mangueras de agua y lanzan sillas a todo aquel que intenta entrar. Según medios locales, se estarían también produciendo tiroteos y a mezquita está cercada por la policía.

El viernes los choques más graves de la capital tuvieron lugar en los alrededores de este templo; donde se emplearon armas de fuego que -según los Hermanos- causaron más de 60 muertos. Previamente, en ese distrito, la comisaría de Ezbeqiya, una de las principales de la ciudad, fue atacada por los manifestantes, en un asalto que dejó quince fallecidos, según fuentes de seguridad. Además, el ejército intensificó sus refuerzos en los alrededores de la plaza Tahrir, adonde mandó carros de combate, al igual que en otras zonas sensibles de la capital y de las provincias.
Al borde la guerra civil

Muertos

Egipto vuelve a estar al borde de la guerra civil tras un ‘viernes de la ira’ que ha dejado otras 173 víctimas mortales, una nueva masacre tras el sangriento desalojo de los seguidores del depuesto Mursi. Una de las víctimas, es uno de los hijos del máximo líder de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Badia, muerto que recibió un disparo durante una «manifestación pacífica» en la plaza Ramsés de la capital, informan.

El portavoz de la Hermandad, Gehad el Haddad, ya ha avisado que la ‘ira’ continuará en el país: «Ha empezado la Semana de la Ira para hacer caer el golpe y habrá manifestaciones pacíficas diarias en todas las provincias de Egipto desde los mismos puntos de reunión».

Por su parte, el Ministerio del Interior ha informado de que sus fuerzas han detenido a 1.004 miembros de los Hermanos Musulmanes en las últimas horas y se han incautado de armas y municiones. En un comunicado, señalan que los arrestos se han llevado a cabo en todas las provincias en el marco de las operaciones para hacer frente a los «intentos terroristas de elementos de los Hermanos Musulmanes de empujar al país a un ciclo de violencia». Además, un portavoz del Gobierno ha asegurado que el primer ministro ha propuesto ilegalizar a los Hermanos Musulmanes y el Gobierno está estudiando la idea.

La cofradía islámica, a la que perteneció Mohamed Mursi antes de que accediera a la Jefatura del Estado, organizó las protestas del viernes en repulsa por la operación policial que desmanteló sus acampadas el miércoles pasado. Los Hermanos Musulmanes acusan al jefe del Ejército Abdel Fatah al Sisi de haber incumplido sus promesas. En un comunicado, le acusan a él y a «los golpistas» de asesinar y de intentar llevar al país varias décadas atrás. La cofradía islámica se queja de que ha visto «cómo (los militares) han extendido la mano para asesinar y quemar a miles de egipcios en varias masacres», en referencia a la muerte de islamistas en el ataque de las fuerzas de seguridad el miércoles pasado contra sus acampadas. Asimismo, lamentan que el Ejército intervenga en política, «parece que desean hacer retroceder al país 30 o 40 años atrás».

Los Hermanos se han defendido, además, de las acusaciones de los medios de comunicación del país, que aseguran que ellos tenían armas pesadas en sus acampadas de protesta: «Todo lo que nos han atribuido es mentira. No es más que una tapadera para ocultar el terrorismo, la traición y la brutalidad contra manifestantes pacíficos desarmados que fueron asesinados a balazos desde helicópteros y azoteas».