Marcha
El primer dato saliente de la elección es el retroceso del kirchnerismo, mayor a lo que se esperaba. En una comparación un tanto forzada con las elecciones presidenciales de 2011 era esperable la disminución de su caudal electoral, pero si comparamos estos resultados provisorios con los de 2009, el oficialismo nacional no sale bien parado.
En aquella oportunidad, cuando De Narváez venció a Néstor Kirchner en la provincia de Buenos Aires, el kirchnerismo también argumentó que era la primera fuerza nacional, con más del 31 por ciento de los votos. Ahora repitió el logro, pero se calcula que con solamente el 26 por ciento de los sufragios a nivel nacional. Es una baja sensible para un gobierno peronista que hace dos años fue reelecto por una mayoría abrumadora.
Por otro lado, la derrota en la provincia de Buenos Aires es lo que decidió la suerte del kirchnerismo en las PASO. Al cierre de esta edición son cerca de cinco puntos los que separan a Sergio Massa de Martín Insaurralde. Una distancia considerable, que además se sustenta en victorias del intendente de Tigre en partidos muy importantes del gran Buenos Aires como Lanús, Tres de Febrero, Avellaneda o San Martín. A partir de esos resultados puede decirse que el kirchnerismo perdió claramente las elecciones.
Con el resultado de las PASO a la vista, es necesario concluir que la estrategia de Massa fue muy exitosa. Lo cual lo coloca en el sitial de posibles presidenciables de cara al 2015. Antes de eso deberá revalidar su triunfo de ayer en octubre, pero si lo hace, lo que hoy parece altamente probable, sin dudas será ungido como la esperanza de recambio de distintos sectores de la clase dominante beneficiados por grandes rentabilidades durante estos diez años pero incómodos con la gestión kirchnerista del Estado.
Por otro lado el panorama a nivel nacional no es nada alentador para el oficialismo. Si bien ganó provincias como La Pampa, Río Negro, Santiago del Estero, Formosa, Chaco, Entre Ríos y Tierra del Fuego, al mismo tiempo perdió claramente en los distritos más importantes como Santa Fé, Ciudad de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza. Pero además sufrió reveses llamativos en Chubut, Jujuy, Neuquén, San Juan y Santa Cruz. Binner, Cobos, Macri, y De la Sota superaron con éxito estas elecciones, si bien ninguno de ellos puede trascender su pago chico.
En conclusión, la presidenta bien puede argumentar que el Frente para la Victoria sigue siendo la primera fuerza política nacional, por una distancia significativa. En efecto, no existe ningún sector de la oposición en condiciones de ofrecerse hoy como una alternativa nacional concreta para acceder al gobierno en el 2015. Además, tampoco las mayorías legislativas del kirchnerismo corren alto riesgo, de manera que con resultados similares Cristina puede asegurarse un Poder Legislativo que la respalde hasta el final de su mandato.
Sin embargo, nuevamente las urnas dejan severamente golpeado al kirchnerismo. No necesariamente esto conduce a la idea de un fin de ciclo, sin embargo sí deja abierta esa posibilidad, y replantea el principal problema del dispositivo oficialista: la sucesión.
UNEN
Otra gran ganadora de la elección fue Elisa Carrió, quien volvió a demostrar que como el fútbol, la política siempre da otra oportunidad. De una elección presidencial en el 2011 donde protagonizó un verdadero papelón, logró reinstalarse y encabezó claramente las preferencias de los votantes de UNEN en la Ciudad de Buenos Aires, así como de muchos de los votantes de la candidata a senadora del Pro Gabriela Michetti.
UNEN logró aprovechar el mecanismo de las internas abiertas para generar un mayor atractivo sobre sus candidatos y eso le permitió llegar al primer lugar en la elección porteña, incluso superando al macrismo. Pino Solanas logró ser electo candidato a senador, mientras que Lousteau será parte de la boleta encabezada por Carrió. Gil Lavedra, actual jefe del bloque de diputados de la UCR en la Cámara de Diputados, no logró alcanzar la proporción de votos mínima para integrar la boleta de la alianza en octubre. Victoria Donda y Alfonso Prat Gay son posiblemente dos de los principales derrotados en esta interna.
Las izquierdas
Párrafo aparte merece el desempeño de las distintas variantes de izquierda. Puede decirse que hubo un fuerte voto a la izquierda en distintos distritos del país. En la CABA, las listas del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), de Zamora y de Camino Popular hicieron muy buenas elecciones, alcanzando entre las tres un diez por ciento de los votos, lo que las pone en carrera para pelear por algún diputado nacional y dos o más legisladores. En provincia de Buenos Aires el FIT superó el piso del 1.5 por ciento y podrá aspirar en octubre a disputar una banca en el congreso nacional, así como también algún diputado provincial. Y en distintas provincias el FIT también tuvo buenos desempeños como Salta, Jujuy y Mendoza, entre otras.
Por otro lado, las distintas experiencias de la izquierda independiente que se presentaron como novedad en las elecciones debutaron con muy buenos resultados. Todas estarían superando los mínimos exigidos por las PASO: en La Plata, Luján, Rosario y Jujuy, además de la ya mencionada Ciudad de Buenos Aires.
Durante los próximos 75 días todos estos actores intentarán revalidar y ampliar estos resultados de cara a las elecciones del 27 de octubre. Algo se está moviendo poco a poco en la política argentina.