Nicolás Alvarez Guevara
La derrota elector del gobierno de Cristina Kirchner el pasado 11 de agosto hace crujir y pone en duda las políticas llevadas a cabo por la sucesora de Néstor Kirchner.
Las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) representan no solamente una instancia democrática de participación ciudadana en la elección de representantes a los parlamentos nacionales, provinciales y municipales, sino además una medida de la preferencia electoral de candidatos y políticas en cada uno de los distritos electorales.
Según pudo observarse a través de los medios de comunicación argentinos, las principales fuerzas políticas se atribuyeron el triunfo electoral aunque esto no se haya verificado matemáticamente en la realidad.
Así, el partido gobernante consideró que el Frente Para la Victoria resultó la principal fuerza política y primer minoría en las cámaras de diputados y senadores, unico partido presente en todas las provincias del país.
La fuerza liderada por Mauricio Macri festejó su triunfo en la ciudad de Buenos Aires, cuando en realidad consiguió el segundo lugar porque se «olvidó» de sumar los votos de los tres candidatos de las primarias del partido UNEN que consiguió más votos.
Por su parte y en la provincia de Buenos Aires, el ganador resultó Sergio Massa, un ex integrante del gobierno de Cristina perteneciente al denominado peronismo no kirchnerista o peronismo de derecha, aunque solamente su fuerza política tiene presencia en esa provincia.(aunque ese distrito represente un 38% del padrón electoral).
Asimismo el ex gobernador del falso partido «socialista» -cuyo candidato apoyo a Capriles en Venezuela- gano en la provincia de Santa Fe y también se declaró ganador.
También la denominada izquierda se autotitulo ganadora por obtener un piso de 1.5% en algunos distritos del país.
Llamativa ha sido esta elección primaria en la Argentina, una sociedad capitalista atravesada por el neoliberalismo y controlada por los medios de comunicación.
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