Entrevista a Guillermo Almeyra, editorialista internacional de La Jornada (México)
 
Mario Hernandez

 

Mario Hernandez (MH): Estamos con Guillermo Almeyra. Quería preguntarte por la visita del Papa a Brasil.

Guillermo Almeyra (GA): El Papa va en una doble función. Por un lado, por un problema de marketing de la Iglesia católica, ya que el “mercado religioso” está siendo ocupado crecientemente por la competencia, por los evangélicos. Como Brasil es el país que tiene más católicos en el mundo quiere preservar su influencia ahí, cosa que va a ser muy difícil porque es conservador al igual que la Iglesia brasileña y no puede responder a las exigencias populares como en parte respondía la Iglesia y la Teología de la Liberación, que entre Woytila y Ratzinger prácticamente eliminaron y descabezaron.

Esa es una batalla perdida pero la da por razones internas de la Iglesia. La otra es más general. América Latina es un continente propicio a una amplia revolución democrática, los gobiernos llamados progresistas son una expresión deformada, indirecta de esa situación y eso asusta a todos los poderes establecidos y uno de los mayores, ya que tiene más de dos mil años, es la Iglesia católica, siempre ligada a los intereses de los poderosos.

Sale también a tratar de contener, haciendo algunas concesiones de forma, de fondo no, porque se sigue oponiendo a todos los cambios importantes: aborto, matrimonio igualitario, progresos en la educación, etc.

Tiene esta doble función, por eso lo reciben con tanto entusiasmo los medios de comunicación más reaccionarios del continente.

 

MH: La última vez que estuvimos conversando tratamos el secuestro del vuelo de Evo Morales en Europa a su regreso de Rusia. He visto que el racismo se sigue desarrollando a otro nivel, por ejemplo, el caso de Trayvon Martin que ha provocado manifestaciones en más de 100 ciudades en EE. UU. También en Europa un diputado francés de la UDI y alcalde de la ciudad de Chalet, sostuvo que “tal vez Hitler no mató los suficientes gitanos”.

Alguna vez nos quedó pendiente conversar sobre el fortalecimiento de sectores fascistas en Europa a partir de la crisis, pero me gustaría que aunque fuera brevemente te refirieras al tema porque también anoté que el Presidente francés ha colocado al frente del Ministerio del Interior a Manuel Valls, el ministro preferido de la derecha conservadora francesa, quien también se ha manifestado hace algunos días en Le Figaro contra los gitanos.

 

GA: En efecto, contra los gitanos y los musulmanes, porque Valls en la ciudad de Trappes, al oeste de la capital francesa, provocó una especie de estado de sitio por una mujer vestida con una burka, argumentando que hay que aplicar la ley y provocando motines y una brutal represión policial.

Como en los ’30, la crisis y el ambiente bélico en general, provocan este encadenamiento del racismo y la lucha entre los pobres. Provoca el desencadenamiento de todos los temores y odios ancestrales al otro, al diferente. En España han quemado inmigrantes porque dicen que les vienen a sacar el trabajo a los españoles.

El gitano como siempre, durante siglos, ha sido víctima de eso, fueron prácticamente exterminados por Hitler. También reaparece el judío pero, sobre todo, el musulmán, el árabe, que es mucho más temible porque su protesta es política y antiimperialista, aunque tome una forma religiosa.

 

MH: Tenemos que cortar por la tanda publicitaria de los partidos políticos que no tuve en cuenta, pero seguimos el miércoles que viene con este tema.

 

GA: Con mucho gusto.