Bernardo Coronel

 

El embajador James Thessin, opera abiertamente a favor de la incorporación de Paraguay a la Alianza del Pacífico (AP) y su salida del Mercosur por añadidura. Hace unos días se reunió con el presidente de la Cámara de Diputados, Juan Ramírez, para tratar sobre el tema. El embajador, como es habitual, no dio detalles de la conversación, pero Ramírez, destacó el interés yanqui por la incorporación paraguaya al bloque conformado por México, Colombia, Chile y Perú.

Según el CADEP, institución dedicada a estudios económicos, la salida paraguaya del Mercosur y su incorporación a la AP, tendría consecuencias desastrosas para el país, cuya economía depende comercialmente en un 30% del bloque. En 1991, el Paraguay exportaba al Mercosur US$ 258 millones, pero en el 2.010 alcanzó US$ 1.337 millones, es decir un crecimiento promedio anual del 22%.

Además, Paraguay es el principal beneficiario de los fondos estructurales solidarios del bloque, y hasta ahora ya tiene acumulado unos 680 millones de dólares a su favor, por ser el país con menor desarrollo. Proyectos estratégicos como la costanera norte y la planta de 500 KV, son financiados con esos fondos, por citar algunos.

El Mercosur fue concebido originalmente como un bloque exclusivamente comercial por sus creadores neoliberales en la década de los 90. Pero, con el transcurrir del tiempo y los cambios regionales, como la constitución de gobiernos progresistas, fue rompiendo su corcet neoliberal para convertirse en un espacio de relacionamiento social, político, cultural y con activo protagonismo de sectores olvidados como los movimientos populares que hoy tienen un lugar propio en el acuerdo de integración.

La única chance de desarrollo industrial para el Paraguay es el Mercosur. Al comparar sus exportaciones entre materias primas y productos manufacturados, los últimos ganan por amplio margen desde 1991. Ese año, el Paraguay exportaba productos manufacturados por valor de US$ 234 millones, equivalente al 32% del total. Para el 2010, las exportaciones de bienes industrializados alcanzaban a US$ 2.218 millones, casi diez veces más que de 1991 y equivalente al 48 % del total de las exportaciones.

De concretarse la incorporación a la AP, bloque concebido para la exportación de commodities, se estaría gestando la definitiva condena del Paraguay al subdesarrollo y la pobreza. Plan este que coincide con el proyecto de los agroexportadores (soja, trigo, maíz, etc.) que no tienen ningún interés en industrializar la economía. Al contrario, siguen evadiendo impuestos, y están convirtiendo el campo en una gran chacra sin seres humanos.