Julio A. Condino

Las Aguas

Con el repentino alineamiento político al proyecto electoral liderado por Cristina Kirchner, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, parece marchar victorioso hacia su futura postulación a candidato presidencial de la Argentina en el año 2015.

Con los reveses judiciales ante el Grupo Clarín, la no reforma del Consejo de la Magistratura decidida por la Corte Suprema de Justicia y por ende, el ya muy probable hundimiento del proyecto re-re-eleccionista de Cristina (de no hacer una muy buena elección legislativa el 27 de octubre próximo), no quedó más remedio que asumir la cruda realidad y enfrentar la amenaza que representa un posible triunfo del candidato «peronista disidente», ex jefe de gabinete de ministros de Cristina y actual intendente del partido de Tigre, Sergio Masa: Daniel Scioli debe hacer campaña electoral, para el desconocido candidato oficialista Insaurralde, y si gana, será candidato en 2015.

Quién diría que Cristina Fernández terminara pactando con el ex menemista, ex-duhaldista y ex-kirchnerista, actual gobernador, para en una retirada ordenada y sin desbande, lograr mantener vivo al menos parte del ideario nac & pop entre los años  2015-al 2019, intentando luego un retorno a lo Bachelet , o tal vez, a lo Lula (despues del desastre Dilma).

Un posible nombramiento como Secretaria General de UNASUR la podría mantener en la palestra del poder regional sofocando los más que probables focos cde conflicto que se sucederán en los próximos años, luego de la crisis política y económica creada por los países del Norte, en el feroz ataque de las transnacionales y sus bancos contra las clases trabajadoras europeas y norteamericanas, que repercuten indirectamente en al Sur.

El desencanto de la clase media argentina podría migrar en votos hacia el nuevo candidato del «establishment» que ve en Scioli o en Masa (tanto da) la continuación del modelo populista mas o menos neoliberal encarnado por Cristina Kirchner, tras la desaparición física de su antecesor y marido, Néstor Kirchner.

Los acuerdos económicos con Monsanto, Chevron, Wall Mart, Barrick Gold, Dupont, Procter & Gamble, Syngenta, Nidera, Cargill, Pfizer, Astra-Zéneca, Glaxo, Slim, Jumbo, Carrefour, y demás empresas transnacionales no pueden dejar dudas del verdadero rumbo que, más allá de la retórica, ha sido realmente el actual modelo sojero-materias primas-impuesto a las ganancias- dependiente desarrollado por la presidenta Cristina Kirchner.

Daniel Scioli, su seguro delfín, de ganar ahora como mariscal de campo, la provincia de Buenos Aires, será su mejor representante del modelo de crecimiento con inclusión social que haya construido el proyecto kirchnrista en 12 años de un «capitalismo serio» subordinado a los intereses transnacionales que deja una Argentina con riquezas en pocas manos,  30% de pobres, 50% de deserción escolar secundaria, 50% de cloacas y agua potable y una clase media consumista, que votará a Scioli o Masa (apoyado por Macri), para seguir siendo la Argentina, un país rico para pocos y pobre para demasiados.