Hugo Morales
fayerwayer.com

 

Si por los últimos días estuviste viviendo debajo de una roca o en una caverna, quizás no te hayas enterado de la importante filtración que reveló un programa de captación de datos de internet que el gobierno estadounidense llevaría adelante de la mano de la Agencia Nacional de Seguridad del país. Conocimos sobre PRISM, sus implicancias, y sobre Boundless Informer y la forma en que esta herramienta puede ser usada para revisar metadatos.

Hasta ahora, el o los responsables de estas informaciones — que dieron la vuelta al mundo como reguero de pólvora — se mantenían en el anonimato. Y la verdad es que es algo que uno esperaría tomando en cuenta que estaban liberando secretos estratégicos de Estados Unidos. Sin embargo, finalmente la fuente de esta filtración decidió dar la cara y contarle al mundo su verdad y sus motivaciones.

El hombre detrás de las filtraciones se llama Edward Snowden, un ex-asistente técnico de la CIA que ahora mismo tiene 29 años y que ha estado trabajando durante los últimos años como asistente externo para la NSA a través de intermediarios. Aprovechó el poder de amplificación del periódico británico The Guardian para liberar estos secretos y hoy asegura que está muy consciente de sus actos.

“Tengo claro que jamás podré volver a casa”, dijo casi profetizando sobre lo que se le vendrá encima tras tomar esta decisión. “Entiendo que me harán sufrir por mis acciones, pero estaré satisfecho si la federación de leyes secretas, los indultos desiguales y los irresistibles poderes ejecutivos que rigen el mundo que amo son revelados, aunque sea por un instante”, aseguró.

Snowden aseguró que hace este sacrificio pues “no puedo estar con mi conciencia tranquila permitiendo que el gobierno estadounidense destruya la privacidad, la libertad de interenet y las libertades básicas de gente alrededor del mundo con estos sistemas de vigilancia que han venido construyendo secretamente”.

El hombre vivía en Hawaii y trabajaba en la oficina local de la NSA, desde donde todo este material fue extraído para ser liberado posteriormente. Tras presentar una licencia médica a causa de un tratamiento de epilepsia que debía seguir, se despidió de su novia y viajó a Hong Kong, desde donde realizó estas filtraciones, confiando en que este sería un lugar donde cualquier pedido posterior del gobierno estadounidense sería ignorado.

El informante ingresó al ejército en 2003, básicamente, porque sentía que tenía la obligación de ayudar a liberar gente de la opresión bajo la que vivían en plena guerra de Irak. Tras una lesión que propició su salida del ejército, fue contratado para trabajar como guardia de seguridad en la NSA, lugar donde sus conocimientos de internet y de código hizo que escalara hasta trabajar en labores mucho más importantes donde tendría acceso a información clave.

Con todo lo que vio en los primeros años ahí, sus ideales terminaron chocando con la realidad respecto de las motivaciones y los métodos que tenía la NSA para operar, por lo que terminó decepcionándose y preparando el plan para dejar en evidencia todo lo que ha sido visto por la gente en los últimos días.

“No puedes esperar por ahí a que alguien más actúe. He estado buscando lideres, pero me di cuenta que el liderazgo trata sobre ser el primero en actuar”, explicó.

Desde un hotel en el que toma todas las medidas de seguridad para no ser espiado — conoce los protocolos, por lo que sabía perfectamente qué hacer — hasta que decidió realizar estas filtraciones. “Rompí el acta de espionaje, y hasta puede que haya ayudado a nuestros enemigos, pero esto puede ser usado contra cualquiera, lo que muestra lo masivo e invasivo de este sistema”.

“Si hubiera estado motivado por dinero, podría haber vendido estos documentos a cualquier número de países y volverme un hombre muy rico (…) El gobierno se ha otorgado a si mismo un poder que no debería tener. No hay visión del interés público acá”, aseguró Snowden.

Consultado por sus motivaciones, la fuente de las filtraciones aseguró que esto lo hace por su propio gusto. “No me veo a mi mismo como un héroe, porque lo que estoy haciendo es por mi propio interés: No quiero vivir en un mundo donde no haya privacidad y, por lo tanto, no haya espacio para exploración intelectual y creatividad.

“Lo único que me preocupa son los efectos dañinos que podría tener para mi familia, a los que no podré ver nunca más. Eso me mantiene despierto cada noche”, concluyó.