28 de mayo de 2013 – El Gobierno Bolivariano mantendrá la regulación de los precios como un mecanismo para garantizar la estabilidad económica y defender los intereses del pueblo venezolano, expresó la superintendente Nacional de Costos y Precios, Karlín Granadillo.

“El Gobierno está actuando en estos momentos para responder a la coyuntura de ciertas fallas en el suministro de productos. Se están analizando las causas y aplicando soluciones, pero no es cierto que la regulación sea la causante del desabastecimiento”, manifestó.
 

La superintendente dijo que el organismo sigue su trabajo de análisis de los costos y precios para incorporar a la regulación otros rubros como los medicamentos, los servicios de las clínicas, los insumos médicos y el sector automotriz.

Al consultársele sobre el desfase entre los costos y los precios de los productos regulados, uno de los puntos que ha planteado el sector privado en las mesas de diálogo con el Ejecutivo, en las que participa también la Sundecop, Granadillo aseguró que las instituciones del Gobierno responsables están haciendo una evaluación de toda la cadena económica.

“Una regulación de precios bien llevada no causa desabastecimiento. Este es un punto que no está en discusión en las mesas de diálogo entre el Gobierno y el sector privado. No vamos a flexibilizar el modelo económico que lleva adelante el Gobierno Bolivariano para complacer a algunos sectores. Esas son directrices que están en la Constitución y en el plan de la patria 2013-2019”, recalcó.

Puso el ejemplo del papel higiénico. La escasez en los establecimientos de este producto no tiene que ver con la regulación del precio, sino con la disponibilidad de empaques, los conflictos laborales en las empresas que los producen y el manejo que hacen los distribuidores; estos se aprovechan de la situación para acaparar el producto, alertó.

“Eso lo han demostrado la Guardia Nacional Bolivariana, la Superintendencia Nacional de Silos, Almacenes y Depósitos Agrícolas (SADA) y el Instituto para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios (Indepabis) en las fiscalizaciones que han hecho de manera conjunta. La Sundecop también lo ha corroborado con los análisis de la información que han proporcionado las empresas,”, aseguró.

Aclaró que la Sundecop no puede sancionar por acaparamiento y especulación, esa es una potestad del Indepabis, el organismo que dirige aporta información. “Vamos midiendo inventarios y haciendo seguimiento a las redes de distribución”, agregó.

La superintendente adelantó que están realizando las estimaciones de costos considerando la nueva paridad del bolívar respecto al dólar, pero todavía no tiene anuncios sobre una variación de precios de los 19 rubros regulados por la Sundecop, como lo anunció la semana pasada la Cámara Venezolana de la Industria de Cosméticos y Afines (Caveinca).

“Estamos revisando punto por punto y consideramos que hay rubros que amerita la actualización de la regulación de los precios. Es un mercado cambiante, las compañías nos presentan nuevas presentaciones y dinámicas de distribución, por lo que es necesario ir ajustándose a esos parámetros”, admitió.

Granadillo dijo que el organismo está analizando constantemente los costos y precios de los productos, pero la evaluación global de los sectores se hace en conjunto con el Sistema Nacional Integrado de Costos y Precios, en el que participan el Banco Central de Venezuela (BCV), la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi), el Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat) y los ministerios que tienen competencias afines.

El Ejecutivo es el que define el momento oportuno para anunciar la actualización de los precios, acotó. Respecto a la periodicidad de los ajustes sostuvo que “nosotros no vamos a decir que los ajustes se harán cada dos o tres meses o una vez al año, depende de la dinámica de cada empresa”.

La regulación de los 19 rubros tiene cerca de dos años pero, en su criterio, no ha afectado el desempeño de las empresas. Algunas han instalado nuevas plantas, como la de pañales y la de champú y enjuague. “Si tuvieran pérdidas no lo harían. Con estos controles siguen teniendo incentivos para la inversión, porque la utilidad aquí es mayor que en otros países. Eso desmonta las matrices de opinión sobre las regulaciones”, aseguró.

TRABAJO CONJUNTO

Los mayores márgenes de ganancia en el país respecto a otros países, como la vecina Colombia, donde no hay controles de precios, se debe a las políticas del Gobierno Bolivariano que elevó el poder adquisitivo de la población. “Al tener educación y salud gratuita y hasta vivienda, el ingreso real aumenta y la posibilidad de gastar más aumenta”, explicó.

Pero también hay otros elementos que explican mayores márgenes de ganancia en el país, como “la cultura especulativa: el querer ganar mucho en poco tiempo. Aquí las expectativas para recuperar la inversión son en el corto plazo, cuando internacionalmente no es así pues hacen proyecciones a largo plazo”, planteó.

Los primeros análisis que realizó la Sundecop arrojaron que la mayoría de las empresas en el país ganan mucho porque siempre mueven el precio, pero hacen muy poco por aumentar su productividad. “Si una empresa de detergente es rentable utilizando nada más 9% de la capacidad productiva, es evidente que gana por precio”, recalcó.

En Venezuela las personas compran más, aunque tengan que realizar un esfuerzo mayor, porque gozan de un poder adquisitivo superior al de otros países. En Venezuela el precio se va definiendo por la disposición que tiene la gente a comprar. Las empresas van midiendo hasta que precio las personas son capaces de adquirir el producto en las cantidades que les sean rentables para ellos.

“Es como un forcejeo entre demandante y oferente. Cuando la Sundecop comenzó a realizar los análisis de costos de las empresas, varias de ellas venían realizando promociones en los productos, porque la demanda había bajado. Ya se había ajustado a la regulación antes de que entraran en vigencia los nuevos precios”, destacó.

La superintendente descartó cambios en los objetivos de la Sundecop por efecto de las mesas de diálogo que se están realizando entre el Ejecutivo y los sectores productivos. El organismo ya venía aplicando esa dinámica para el análisis de los costos y precios de los productos.

“El trabajo conjunto y el diálogo es fundamental para alcanzar los objetivos trazados. Los de las empresas son la producción de bienes y servicios y los del Gobierno consisten en incentivar esa actividad y fomentar la incorporación de mayor valor agregado en el país”, argumento.

Estas jornadas son importantes, además, porque le permite al Gobierno conocer los planteamientos y peticiones del sector privado, para mejorar y perfeccionar las políticas, pero eso no significa que el Estado dejará de analizar con todo rigor los costos y precios de los productos.

“Eso no va a cambiar las políticas del Gobierno y mucho menos flexibilizar los controles que se están aplicado en el país. Son 10 años del actual sistema de cambio administración de las divisas. Las razones de esa decisión se mantienen y seguirán aplicándose. El Gobierno está actuando para defender las reservas internacionales del país y la estabilidad económica”, argumentó.

La regulación de los precios, en su criterio, sigue siendo necesaria por el Ejecutivo, por las distorsiones que conlleva dejar esas decisiones en manos del sector privado. “Las compañías responden a sus intereses y no a los intereses de la nación, por eso, el Gobierno está en la obligación de establecer las regulaciones que sean necesarias para alcanzar el bienestar del pueblo”, insistió.

FACTORES QUE INCIDEN

Más que una guerra económica, consideró Granadillo, se trata de un conflicto político, en el que la contrarrevolución se opone a la continuidad del proceso bolivariano, del mandato de Nicolás Maduro.

Una de las estrategias que aplican, además de la invisibilización del presidente Maduro y de la descalificación constante de las políticas del Gobierno, es la de generar malestar en el pueblo mediante el desabastecimiento y la especulación, alertó.

Además de los políticos, existen otros elementos que van afectando la oferta, relacionados a la dinámica productiva de las empresas, principalmente en aquellas que son monopólicas y oligopólicas. Uno de ellos es el conflicto laboral. Granadillos mencionó las compañías dedicadas a elaborar crema dental y papel higiénico que vieron afectada su producción por los paros de trabajadores.

Granadillo no quiso con esto criticar a la clase trabajadora que en su criterio tienen el derecho a solicitar mejores remuneraciones, pero “lamentablemente sucede en empresas que fabrican productos regulados”. En el caso de papel higiénico son tres plantas cien por ciento de producción nacional y en el caso de la crema dental, una sola planta.

Después de la fase de producción, es necesario realizar un seguimiento a esa mercancía, hacia dónde va y cuántos distribuidores participan en el mercado. “Lo que se ha detectado es una atomización: El despacho a los puntos de suministro está en manos de pocos y eso afecta el abastecimiento. Es en esta fase de la cadena donde hay más acaparamiento”, indicó.

Otro de los factores que afecta la oferta de productos son los trámites para la importación tanto de insumos como de productos terminados. Sin embargo, aseveró que el Estado ha realizado un esfuerzo para acortar esos tiempos y queda de parte de las empresas tener a tiempo los requisitos necesarios para realizar los trámites. “Muchas veces no presentan los requisitos a tiempo o completos y le asignan la responsabilidad a las autoridades gubernamentales por el retardo. Fallan en la planificación y en los tiempos”, destacó.

También mencionó la solicitud de las divisas por parte de las empresas, cuyos montos no están relacionadas a sus históricos y eso obliga a Cadivi a realizar una evaluación mayor que afecta los tiempos.

“El Estado tiene la responsabilidad de administrar con eficiencia la asignación y en esos casos no puede aprobar de inmediato, sino que realiza un estudio cuidadoso para determinar la veracidad de esas solicitudes”, comentó la superintendente.

Mencionó también la incidencia de los patrones culturales dominantes y el consumismo asociado a la manipulación de la publicidad y las matrices de opinión que generan efectos como las compras nerviosas. Esto ha obligado a los supermercados a establecer topes en las compras de hasta cuatro unidades por producto.

“Esto se convierte en un círculo vicioso porque la gente se las ingenia para llevar más cantidad de la cuenta por si acaso escasea. En los talleres que se realizan con el poder popular hemos escuchado comentarios como el de una señora que no tiene hijos y mantiene almacenados 25 kilos de leche. Es evidente que se le van a dañar”, se lamentó.

El consumismo relacionado a las marcas, es otro de los factores que inciden en el abastecimiento, de hecho, el índice de escasez calculado y publicado por el Banco Central de Venezuela está asociado a las marcas, aseguró la servidora pública. “Eso pasa mucho con la harina precocida de maíz. La gente no la llama por su genérico, sino que identifica el producto por la marca”, recordó.