Luis Britto García
Aporrea
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Yo era un muchacho; manifestábamos contra la dictadura de Pérez Jiménez y nos clausuraron la Universidad Central. La censura controlaba los medios; de mano en mano llegaba algún comunicado de la Junta Patriótica. Encontré un volante de una supuesta “Junta Patricia” que protestaba contra la prisión de varios travestis. Adiviné que aquel mensaje venía de la policía política, la Seguridad Nacional. Semanas más tarde caía la dictadura y se escondían sus esbirros físicos e intelectuales. La Propaganda Negra, o Sucia, tira la piedra y esconde la mano.
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En la Propaganda Sucia el emisor ha perdido la credibilidad y la busca simulando ser una fuente más creíble: por eso esconde su identidad y atribuye la autoría a otro. Durante la Cuarta República los acciondemocratistas asesinaron al profesor Lovera y pagaron a un periódico chileno para que mintiera que había sido víctima de sus camaradas comunistas. Últimamente el aguacero de suciedad se vuelve deslave. En la prensa aparecen propagandas consteladas de estrellas y símbolos patrios que quieren parecer bolivarianos porque son todo lo contrario. Firma como “Tupamaro” quien escribe como “sifrino”. Una anciana dibujada con rasgos toscos pregunta: “¿Conseguiste pollo, azúcar, leche?” Pero las ancianas de rasgos toscos no tienen para pagar multimillonarias páginas en los periódicos. El desacreditado Ismael García pretende ser fuente fidedigna de una grabación que atribuyen a Mario Silva ¿Le compraría usted un automóvil usado a Ismael García?
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Prestemos atención al código. Más fácil se atrapa a un embustero que a un ladrón. Un texto escrito en lo que llaman los lingüistas un código complejo pero con ortografía ramplona es más falso que un billete de tres bolívares. En estos mensajes que los neoliberales disfrazan de bolivarianos encuentro la palabra “olocausto”; en otros, “Chvés”. Según el opositor, para hacerse pasar por pueblo hay que ser analfabeta; ni siquiera se sabría escribir el apellido del máximo dirigente. J.W. Wekker señala que Mario Silva tose varias veces cada cinco minutos, y que en la grabación que Ismael García le atribuye, apenas lo hace en más de una hora. Añade que la voz que lo representa menciona sólo 8 asesinados por la oposición, cuando para el momento de los sucesos que comenta ya el conteo de víctimas fatales ascendía a 9. Añado que Mario suelta en público más palabras gruesas que toses, y que la transcripción de esta supuesta conversación privada registra muy pocas. Eduardo Rothe, por su parte, hace notar que “el supuesto cubano del G2 no conocía el nombre de la entonces directora de la Policía Nacional Bolivariana, Soraya El Achkar, ni parecía saber del SENIAT y CADIVI”. El asesor J.J. Rendón confiesa a Gionata Chatillard en El Mundo (Madrid, 20-11-2011) estar involucrado en 40 demandas por operaciones de Guerra Sucia, que incluyen operaciones tales como fotomontajes y falsas atribuciones de delitos. Ésta podría ser la 41.
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En la Propaganda Negra se pueden enmascarar emisor y código, pero no el mensaje. No me sorprende la avalancha de textos en Internet que claman “rodilla en tierra y con el Comandante Supremo siempre”, para solicitar que sean colgados todos los integrantes del gobierno y del PSUV por corruptos e incapaces, pero eso sí, “con Chávez fusil al hombro porque la trinchera tiene un solo lado”. Otros llegan a una conclusión luminosa: abstenerse de votar. Otros se alarman por “el daño que le hace Mario Silva a la Revolución”. En la grabación que se le atribuye a éste desfila íntegro el temario de la oposición: deslegitimación de las elecciones, viene otra devaluación, y la idea de que “la mujer tiene que estar en la sombra”, motivo por el cual quizá ninguna aparece con el candidato derrotado. Pero Mario Silva por lo regular emite más ataques contra la oposición que procacidades, y en esta milagrosa grabación de más de una hora no se la toca ni con el pétalo de una rosa. Así es: el supuesto Mario Silva habla todo ese tiempo con un supuesto oficial de inteligencia cubana, y ni se le ocurre abordar el tema que más debería interesar a ambos, el del peligro inminente que representan las maniobras de la oposición. Aunque el mensaje se vista de revolucionario, contrarrevolucionario se queda.
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¿Por qué canal nos llegan estos mensajes “revolucionarios”? Justamente por los contrarrevolucionarios: gran prensa y televisión, redes sociales informáticas, twitter, monopolios transnacionales. A veces por canales progresistas, que se hacen los tontos o los inocentes: “Como nos llegó lo reenviamos”. Cada canal deja huellas de identidad. Según Oscar Heck, en la grabación de Mario Silva se montaron fragmentos de textos dichos en distintas ocasiones, y se eliminó artificialmente el ruido de fondo con un “eco”, para evitar que se notaran sus variaciones (21-05-2013). De igual opinión es el experto Emiliano Hernández Santana en artículo publicado en Aporrea el 22-5-2013: “Tercero y lo mas interesante para el análisis es la diferencia entre palabras donde se notan distintas características entre ellas, dando a entender que pertenecen a grabaciones distintas. La falta de «ruido» (en negro) y la diferencia entre las frecuencias eliminadas de nuevo sugieren que el audio fue armado y no es una grabación lineal y fidedigna. (abajo los graves arriba los agudos). En este caso hay que usar audífonos profesionales para poder escuchar las diferencias entre una palabra y otra, en un televisor pasa desapercibido, pero no con audífonos”. Por su parte, J.W. Wekker en artículo del 21-5-2013 ejemplifica cómo con un programa disponible para el público se puede grabar un texto, y elaborar una versión que lo recite de acuerdo con el modelo de la voz de otra persona que se le suministre. Hace varias décadas que la industria musical nos presenta milagros tales como dúos y tríos de cantantes que jamás se conocieron, y la cinematográfica cintas como El extraño caso de Benjamin Button, donde un mismo actor parece tener desde noventa hasta diez años, con sus correspondientes entonaciones verbales ¿Será más difícil imitar una voz o editar una grabación?
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La mentira es el más fiel retrato de quien la dice. ¿Qué podemos pensar de una propaganda que sistemáticamente pretende asumir identidad, códigos, consignas, programas y mensajes del adversario? ¿Qué esconde, al evitar presentarse tal como es? Por más que se tongonee, siempre se le ve el bojote. A oposición corrupta, propaganda mugrienta. Abramos los paraguas, que lo que diluvia es Propaganda Sucia.