El nuevo Bogotazo de Joe Biden y Juan Manuel Santos

Como si de un nuevo bogotazo se tratara, pero esta vez uno diplomático y político que puede incluso desbaratar a la UNASUR, se puede considerar el gesto poco amistoso del presidente de mi país Colombia Juan Manuel Santos, quien recibió hoy 29 de mayo de 2013 en el palacio de Nariño con formalidad de jefe de estado a Henrique Capriles Radonsky, candidato perdedor de las elecciones en Venezuela, instigador de una guerra civil y un golpe de estado con el apoyo de los medios privados del hemisferio, en eventos que dejan hasta el día de hoy 12 muertos – incluyendo a Johny Pacheco- y más de 70 heridos de gravedad, en el vecino país bolivariano.

El nuevo escenario de pugnacidad responde a una pregunta que me hacía el día de ayer: ¿A qué vino Joe Biden a Bogotá? En mi imaginación pensaba que se trataba nada más de girarle instrucciones al presidente Santos, con motivo de la cumbre del Pacífico, movida que intenta sacar la estaca bien profunda enterrada en el corazón del ALCA, un draculiano tratado colonial, sepultado en la cumbre de Mar del Plata 2004, y con el cual se buscaba generar espacios políticos, económicos y militares de un nuevo coloniaje para asegurar al que era entonces un USA patio trasero, como una zona de mal llamado libre comercio, que en la práctica amarra las economías de los firmantes a los intereses y caprichos de USA y Canadá. Esto pasa después de las citas rimbombantes de Buenaventura y Cali la semana pasada, que tuvo todos los elogios de la prensa privada, compitiendo en ditirambos, NTN 24 Horas, RCN, El Tiempo y su kombo, bajo la batuta del gurú mayor CNN.

En medio de una profunda bancarrota política y económica, Washington necesita desde el eje del Pacífico, romper los procesos de integración regional que lo dejaron sin el poder para seguir tratando como a su patio trasero, a los países al sur de Abiayala. Desde el signo de este recibimiento, las siguientes movidas desestabilizadoras previsibles que se desprenden del hecho, tendrán que ver con actitudes similares de parte de Peña Nieto, Hollanta Humalla, Sebastián Piñera y Lilia Chinchilla, jefes de estado al frente de gobiernos, que no conciben el mundo sin tener a la Casa Blanca como un vaticano político, al cual sirven en condición de socios comerciales y mayordomos con banda presidencial. Esta medida la extenderán a las asambleas nacionales o parlamentos del eje del Pacífico, donde recientemente Sebastián Piñera por intereses comerciales directos en Venezuela, no se atrevió a reconocer a María Corina «maquillaje» Machado como vocera de un reclamo legítimo.

Sí resultare el negocio así visualizado, el rédito político estará a pedir de boca para Washington porque le permite: 1) Golpear fuertemente la unidad continental tejida en torno a la UNASUR y la CELAC 2) Reavivar viejos conflictos en la región que le permitan gestar la excusas para la ruptura de los diálogos de paz en La Habana 3) Crearse un espacio diplomático y militar para futuras intervenciones al estilo de la época dorada imperial de las cañoneras y marines desembarcando, para reasumir el mando en una región donde hasta el momento, se ha demostrado que no son indispensables pero sí indeseables para las bases populares de buena parte de la región de Abiayala/América al sur del Río Bravo. 4) Crear condiciones favorables al desabastecimiento programado o modalidad de golpe de estado económico en Venezuela 5) Aprovechar el descontento interno a nivel de sectores del PSUV por los comunicadores populares expulsados o defenestrados en el sistema de medios públicos, que afronta el presidente Nicolás Maduro y las cúpulas del PSUV.

Esta situación, que es un peine puesto como pretexto para justificar un posible libreto similar al de Libia en Venezuela, una vez se concrete el derrocamiento de Bashar Al Assad en Siria – sí Rusia y China no se ponen los pantalones- también le permitirá a USA, sopesar a su favor su capacidad de presión sobre países de la región que tradicionalmente han sido peones de sus políticas hemisféricas. Y No son hechos de poca monta, por eso a Nicolás Maduro, le toca ahora mirar con mucha madurez política y diplomática, la situación y sopesar el ambiente internacional en el hemisferio antes de tomar medidas de fondo, podría suceder que ante la trampa, podría calentar los ánimos presidenciales hasta el punto de amenazar y destruir el más importante legado de la política internacional de Hugo Chávez, sobre una integración regional con miras a crear un orden pluripolar y multicéntrico. Deberán Maduro y las cúpulas del PSUV escuchar con mucha atención la voz experimentada y pragmática de Roy Chaderton Mattos, el cerebro de la política exterior bolivariana.

Mañana muy seguramente los grandes centros del pensamiento fascista de mi país, estarán de moda a través de sus viajas cacatúas y sus pichones, en calidad de “especialistas” al gusto de los medios privados de propaganda que ejercen de periodistas al servicio de la imperialista SIP. Ponderarán bajo el mito de una soberanía perdida desde los tiempos del respice pollum de Marco Fidel Suárez a principios del siglo XX, que el presidente Juan Manuel Santos, tiene el derecho en el Palacio de Nariño a recibir a quien quiera:

¿Dirían lo mismo si en el Palacio de Miraflores el presidente Nicolás Maduro recibiera con la misma deferencia a los jefes de las FARC y el ELN, violando el principio de reciprocidad y buena vecindad que amerita una consulta por canales diplomáticos concertados previamente? ¿Por qué al gobierno colombiano y a sus élites les cuesta tanto cumplir con un país que le ha lavado la cara a una deficiente política nacional de combate al narcotráfico y a la insurgencia, capturando y deportando capos y jefes de escuadras guerrilleras, que atravesaron el occidente de Colombia, para caer presos en las fronteras incluso cuando había gobernadores opositores como Pablo Pérez o César Pérez Vivas, que fueron ineficientes supinos en estos menesteres?

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Red independentista del Caribe. Ciudadano Afrabiayalense de la Región Caribe en la República de Colombia. Observatorio Independiente de Medios y estudios académicos desde perspectiva de género y etnia.