
La rectora informó que a la Cátedra —la primera para el estudio del pensamiento y la obra de Chávez en Cuba— pertenecerán profesores, alumnos, dirigentes y trabajadores de esa Universidad, estará a cargo de la máster Zulema Piloto Melo y radicará en el museo.
El embajador de Venezuela en Cuba, Edgardo Ramírez, contó anécdotas muy significativas que ilustran la amistad, la hermandad, la lealtad y la identificación entre Fidel y Chávez.
Germán Sánchez Otero, quien encabezó la sede diplomática cubana en el hermano país, también comentó que Chávez fue un transformador y enriquecedor del pensamiento revolucionario y recordó la frase del líder de la Revolución Cubana en el libro Un grano de maíz, en diálogo con el comandante nicaragüense Tomás Borges, ya fallecido: «Va a venir una nueva ola revolucionaria en América Latina», y aseguró que a esa ola se subió Chávez y ahora en ella anda la inmensa mayoría de su pueblo.
La Doctora Lidia Turner Martí tuvo palabras hermosas sobre cómo conoció a Chávez y obsequió su libro El pensamiento pedagógico de Ernesto Che Guevara al embajador bolivariano, al tiempo que prometió escribir otro: El pensamiento pedagógico de Hugo Rafael Chávez Frías.
La también Doctora Leonela Inés Relys Díaz, creadora del método alfabetizador «Yo, sí puedo», habló del Chávez sencillo, humilde y modesto.
Asistieron al acto representantes de los antiguos alfabetizadores en Cuba en 1961, profesores y alumnos de la mencionada Universidad, de los preuniversitarios Jesús Suárez Gayol y República de Chile, y de las secundarias básicas José Antonio Echeverría y Julio Antonio Mella.
Entre los miembros de las brigadas alfabetizadoras Conrado Benítez se encontraban presentes el destacado artista cubano de la plástica Nelson Domínguez Cedeño; la popular actriz de la compañía Rita Montaner, Mireya Chaptman Gónzález; el conocido agente Fraile, Percy Alvarado, nacido en Guatemala; el venezolano Carlos Arce; el licenciado y periodista Manuel Moro Pérez, de la Sección de Divulgación de la Dirección Nacional de la Alfabetización cubana, y la más pequeña niña que enseñó a leer y a escribir en Cuba como alfabetizadora popular, Griselda Aguilera Cabrera, quien cumplió sus ocho años en esa faena histórica.
