Así, el Ejecutivo estudia una importante reducción de impuestos a grandes empresas extranjeras (incluso llegando a la exención) y cambiar un conjunto de leyes para propiciar la apertura de casinos y locales de juego.
Otro de los puntos polémicos tiene que ver con el gas natural patrio. Anastasiadis ha reconocido que las tareas de exploración, extracción y comercialización de este recurso natural correrán a cargo de la empresa estadounidense Noble Energy, que podría obtener importantes beneficios sin apenas aportar a las arcas públicas chipriotas.
Además, para el jueves próximo, Anastasiadis deberá presentar ante la Troika un plan de recortes en el que probablemente se reducirán las partidas en sanidad, educación y gasto social, según apuntan analistas económicos teniendo en cuenta la experiencia de países como Irlanda, Portugal, España, Italia o Grecia, que ya han sido sometidos a drásticas medidas que afectan de lleno a la clase trabajadora fruto de los acuerdos con la Troika.
Desde la población aumentan las voces que piden una ruptura con estos organismos prestamistas y todas las políticas que se derivan. Muchos ciudadanos del sur de Europa consideran que la Troika usa la deuda de los países como mecanismo de chantaje y sometimiento de los pueblos, terminando con una cuestión tan básica como la soberanía.