José Antonio Bottini Marín
Este hecho que para la mayoría de los católicos, entre los que me cuento, pareció algo normal en los procedimientos del Vaticano, y hasta revolucionario por demostrar que se imponía la democracia y la jerarquía eclesiástica dejaba de ser un coto cerrado para abrirse a la sociedad mundial.
No había pasado mucho tiempo cuando surgen las primeras evidencias que en esta elección Papal había gato encerrado. Su país de origen, Polonia, en ese tiempo formaba parte importante del Bloque Comunista, liderado por la Unión Soviética, pero al mismo tiempo concentraba la mayor población católica de toda la Europa Oriental. El contar la Iglesia Católica con un Papa polaco despertó en su país un sentimiento nacionalista que fue aprovechado por el mismo Papa, y por la CIA para convertirlo en anticomunista. El movimiento sindical polaco que recibía financiamiento de los Estados Unidos a través de las agencias especializadas con que operan en todo el mundo, comienzan a ejecutar acciones tendentes a debilitar el gobierno comunista. Lech Walesa asume la dirigencia del Sindicato Solidaridad y es arrestado 1981, siendo liberado al año siguiente gracias a la intervención del Papa. En 1983 se le concede a Walesa el Premio Nobel de la Paz, el mismo que años después se le concede al Presidente Obama por darle la “ Paz de los Difuntos “ a los patriotas de Irak, Libia, Afganistán, Siria, etc.,
En 1989 era tal el poder de Walesa que la acción del Sindicato Solidaridad se extiende a toda la Europa Oriental, obligando a los gobiernos comunistas de Polonia y Hungría a negociar la organización de elecciones libres. Se producen manifestaciones de protestas y sublevaciones pacíficas que determinan la caída del “muro de Berlín” en 1990. Lo que sigue es bien conocido; la desintegración de la URSS, en 1991,significó el fin de la Guerra Fría con la victoria del Bloque Occidental Capitalista sobre el Bloque Oriental Comunista. El arma decisiva en la victoria occidental fue la elección del Papa Juan Pablo II.
En la última década del siglo pasado el capitalismo entra en su más profunda e irreversible crisis permaneciendo aún sumergido en la fase descendente del “Ciclo de Kondratief”. Han intentando salir de ella utilizando las estrategias tradicionales, entre ellas la promoción de conflictos armados en varias parte del mundo, con la esperanza de que la reactivación de la industria bélica sirva de motor para impulsar su decaída economía. A este fracaso se le añade el surgimiento, en lo que era su patio trasero, de líderes que despertaron el nacionalismo y la soberanía en los pueblos que históricamente habían sido víctimas de saqueos y explotación por parte de los viejos y nuevos imperios. En estas naciones surgieron patriotas que fueron capaces de incentivar ese sentimiento libertario y hoy optan por el Socialismo del Siglo XXI como única vía para construir la Patria Grande con que soñó Bolívar. Ese gigante dormido que fue América Latina hoy despierta gracias a Chávez, Evo, Correa, Dilma, Mujica, Cristina, Ortega, Raúl, y otros, que han decidido conformar esa Patria Grande capaz de enfrentar los designios imperiales.
Ante el fracaso de la CIA para desestabilizar los gobiernos patrióticos de América Latina, apelan a la misma receta que derrotó al Bloque Comunista en la Guerra Fría; vuelven a coincidir las estrategias del Pentágono y el Vaticano. El nuevo pontificado tiene como objetivo reforzar la política de los Estados Unidos en la rueda de la integración regional y aislar a Venezuela, Argentina, y Brasil. Es falso que un Papa conservador ligado a la dictadura de los Gorilas Argentinos, donde tuvo protagonismo directo en el caso de los niños robados a las madres torturadas y desaparecidas por la dictadura de Videla, pueda recuperar el prestigio de una iglesia en franca decadencia en América Latina. Su papel, cuidadosamente diseñado por el Pentágono, es evitar la consolidación del Socialismo Latinoamericano. Lamentablemente para ellos estos pueblos aprendieron mucho del Máximo Líder de la REVOLUCIÓN BOLIVARIANA, Hugo Chávez, y nunca más serán sometidos ni por el imperialismo Yanqui, ni por cualquier otro Poder aunque éste sea “divino”.
jabarim@cantv.net
Economista
Cumaná