Agencias
2 de abril de 2013.- Los controvertidos tijeretazos a las prestaciones sociales impuestos por el Gobierno de David Cameron, que incluyen la rebaja de la ayuda de vivienda y de discapacidad, entre otras, entraron este lunes en vigor en el Reino Unido. Son los mayores recortes sociales de la historia del país.
Estas disminuciones de presupuesto han sido criticadas por las organizaciones de beneficencia, que señalan que perjudicarán a los más vulnerables.

Uno de los cambios más polémicos es la reducción de los subsidios sociales para las personas en edad de trabajar que vivan en pisos de protección oficial con una habitación libre, lo que se estima que afectará a unos 660.000 ciudadanos. Para evitar el recorte de la ayuda social, estas personas y sus familias tienen en teoría la opción de mudarse a otra vivienda con las habitaciones justas, pero, según denuncia la oposición, el problema es que estas casas alternativas son “inexistentes”.

Además, el Gobierno retirará el subsidio que había al pago del impuesto municipal sobre la vivienda, lo que aumentará los gastos mensuales de los ciudadanos más desfavorecidos en un momento en el que se les recortan otras ayudas. A partir del 6 de abril, entrará en vigor también una medida que limitará al 1 por ciento durante los tres próximos años el incremento anual del valor de las prestaciones, muy por debajo de la inflación.

Subsistir con 53 libras a la semana

Duncan Smith, que fue líder del Partido Conservador entre 2001 y 2003, explicó que estas medidas harán que “la gente sienta que trabajar merece la pena”, cuando el desempleo en el Reino Unido ronda el 8 por ciento por la crisis capitalista. Se trata, añadió el ministro, de “recuperar el control sobre la factura social y reducirla de la forma más justa posible”.

Preguntado en Radio 4 de la BBC si él mismo, que es millonario, sería capaz de subsistir con 53 libras a la semana (62 euros), que es a lo que en la práctica ascienden en algunos casos estas ayudas, aseguró que “si tuviera que hacerlo, lo haría”.

A esto hay que añadir la rebaja fiscal de la que disfrutarán a partir del 6 de abril los ciudadanos con ingresos altos, cuyo gravamen del impuesto sobre la renta se reducirá del 50 al 45 por ciento, mientras se anulan desgravaciones para otros sectores de la población.

Entre los cambios introducidos por el Gobierno de coalición conservador-liberaldemócrata, se limitará también a 500 libras a la semana (unos 590 euros) el monto de los subsidios totales que puede recibir cada familia cualquiera que sea su circunstancia, al tiempo que se redefinirá la incapacidad.

La sanidad, en manos privadas

Los médicos de cabecera pasarán a controlar la mayor parte del presupuesto sanitario en aplicación de una reforma del Servicio nacional de salud (NHS) que ha entrado en vigor este lunes. La Ley de salud y atención social, introducida por el Gobierno de David Cameron para regular los cambios, entró en vigor el mes pasado tras 14 meses de debate y tensiones en el Parlamento que obligaron al Ejecutivo a aceptar drásticas enmiendas.

El mayor cambio que aporta la legislación es que los médicos de los ambulatorios llevarán el presupuesto para gestionar y contratar servicios para sus comunidades, en lugar de las fundaciones regionales que lo hacían hasta ahora. Aunque esto reporta en principio la ventaja de que los servicios los contratan las personas que mejor conocen las necesidades de los pacientes, los críticos denuncian que se fomenta la competencia del sector privado, que podrá licitar para hacerse cargo de ciertas prestaciones. Las principales asociaciones médicas y de enfermeras han criticado además que las nuevas labores de gestión robarán a los doctores tiempo para pasar consulta y estar con sus pacientes en las clínicas de los barrios.

Uno de estos doctores, John Hughes, señaló que, aunque el Gobierno presenta el sistema cómo una manera de dar libertad a los ambulatorios y los municipios frente a autoridades más remotas, “la mayoría de las directrices sobre cómo se tiene que gastar el dinero proceden del Gobierno central”. Con las nuevas medidas, que solo afectarán a Inglaterra -cada región del Reino Unido tiene sus propias competencias sanitarias-, se eliminarán las 151 Fundaciones de atención primaria existentes para traspasar el control presupuestario a 250 grupos clínicos locales.

El Gobierno justifica estos cambios, que tienen un coste de aplicación de 1.400 millones de libras (1.650 millones de euros) por la necesidad de hacer el sistema público de salud más “eficiente” y moderno. Paralelamente, el Ejecutivo de coalición entre conservadores y liberaldemócratas suprimirá 20.000 empleos, principalmente de gestión en el NHS, con un coste de más de 1.000 millones de libras (1.180 millones de euros) que espera amortizar para 2015.

Además de la reforma sanitaria, este lunes entró en vigor en Inglaterra un aumento del precio de las recetas (para personas que no reciben ayudas estatales) hasta 7,85 libras (9,2 euros). Aunque la medida exime a pacientes de cáncer y diabéticos, niños y embarazadas, las organizaciones médicas denuncian que perjudicará sobre todo a los pacientes crónicos y con enfermedades graves. En otras partes del Reino Unido, como Escocia, las recetas siguen siendo gratuitas porque el Gobierno autónomo ha protegido ese presupuesto.

El Sistema nacional de salud, creado tras la II Guerra Mundial para ofrecer servicios sanitarios gratuitos a la población, es una de las organizaciones públicas más preciadas del Reino Unido y fue ensalzada por el director Danny Boyle en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Londres 2012.