Sin embargo, Bradley Manning rechazó el principal cargo que podría condenarlo a muerte, que es el de “ayudar al enemigo”, pero podría ser condenado a cadena perpetúa (entre 16 y 20 años de prisión) si es declarado culpable.
Manning también intenta demostrar que la información que filtró no era tan clasificada como afirma el Ejército norteamericano.
De acuerdo a lo que publicó la plataforma de apoyo a Manning, el uniformado expresó ante la jueza que lleva la causa militar, Denise Lind , que su intención al filtrar la información era “que se generara un debate en el país sobre el papel de su Ejército y su política exterior”.
Esta es la segunda vez que declara sobre este proceso que se le lleva adelante en Estados Unidos. La primera vez había sido a finales de 2012 cuando denunció que fue torturado durante el periodo de casi un año que pasó en la base militar de Quantico,Virginia, antes de ser trasladado a Fort Leavenworth, Kansas.
Así, el soldado afronta la primera parte de este juicio militar que posiblemente sea definido en junio por un Consejo de Guerra del país.
Manning, quien fue detenido en mayo de 2010, está acusado por el Ejército norteamericano de haber publicado cientos de miles de documentos sobre las guerras de Irak y Afganistán cuando era analista de inteligencia militar.
Según el politólogo Omar José Hassan Fariñas, Manning es “simplemente un chivo expiatorio a quien Estados Unidos va a aplastar para que nadie más se atreva hacer algo así”.
Hassan Fariñas remarca que el objetivo es que tanto el fundador de Wikileaks, Julian Assange (asilado en la embajada de Ecuador en Londrés, Reino Unido, para no ser extraditado a Estados Unidos) como Manning “sean un ejemplo de lo que le sucede a quienes divulgan información secreta de como opera el gobierno norteamericano”.