Armando Lafinur (*)
La lamentable e irreparable muerte física del Comandante Hugo Rafael Chávez Frías nos ha dejado conmovidos y tristes a buena parte del pueblo argentino y del gobierno nacional.
La presidenta Cristina viajó inmediatamente después de informada del paso a la inmortalidad de su colega y amigo de liderazgo en este complejo mundo en el que el capitalismo salvaje, depredador y vil ocupa gran parte de las tribulaciones de los mandatarios latinoamericanos: golpes de estado, económicos, financieros, desestabilizaciones políticas, jurídicas, parlamentarias. Injerencias extranjeras, trasnacionales; fondos buitres, juicios en Nueva York, Malvinas, Petróleo., inflación.
Un sinnúmero de variables políticas económicas, sociales y culturales que condicionan a todos los gobiernos y que aparecen contradictorios en el ideario y las acciones de cada uno de ellos. Sin dudas no resuelven los conflictos de la misma forma Dilma, Cristina, Evo o Chávez.
En mi anterior artículo ¿Si el gobierno argentino se alegra del triunfo de Chávez, porqué no abandona el capitalismo? Intenté expresar la idea contradictoria de estar felíz por el triunfo del compañero Chávez sin abrazar fervientemente su ideario socialista bolivariano sino más bien desplegando políticas neo keynesianas de estilo socialdemócratas basadas en una frase con dos conceptos: uno neoliberal y el otro socialdemócrata “crecimiento con inclusión social”, pero ninguno siquiera con una traza de revolucionario, como no lo son las políticas progresistas de Cristina Kirchner.
IVA del 21% desde el neoliberal gobierno de Cavallo- Menem, tablita de ganancias al salario desde el neoliberal gobierno de Machinea- De la Rua, inflación permanente (sin medición científica) con recomposición tardía del salario real, fuga de capitales (90.000 millones desde el 2003) con dólar paralelo elevado, importación desmedida de combustibles en un país que puede autoabstecerse, primarización creciente de la producción y exportaciones en manos de transnacionales, puertos, transporte, energía, alimentos, extracción de minerales, oro, cobre, plata litio, uranio; tecnología electrónica, transgénicos, biológica, farmacéuticas (almenos el 50%), bancos y financieras, supermercados, escuelas primarias, secundarias y universidades privadas bajo capitales privados, clínicas privadas
Todos los bienes y servicios en manos del sector privado transnacional y nacional que a la hora de defender intereses priorizan el propio tal cual lo marca el ideario capitalista defendido por la presidenta Cristina Fenández.
Entonces, nuevamente la pregunta es: ¿Si queremos y lloramos por Chávez, porque no lo imitamos con sus políticas?
(*) Lic en Economía