Roberto Hernández G.
En la portada de la revista ZETA de esta semana 01 al 07 de marzo de 20013 el citado semanario coloco una fotografía del presidente Chávez con los ojos cerrados y como titular colocan EL FANTASMA DEL PISO 9, es sumamente grave que en un país capitalista o en vías hacia la sociedad socialista de violen las leyes todos los días y no pase mayor cosa que un comentario por las redes sociales o en televisión.
El Código Penal en su capítulo II de los delitos contra los poderes nacionales y de los estados, OFENSAS A LOS JEFES DE GOBIERNO ART.147 “Quien ofendiere de palabra o por escrito, o de cualquier otra manera irrespetare al Presidente de la República o a quien haciendo sus veces, será castigado con prisión de seis a treinta meses si la ofensa fuere grave, y con la mitad si esta fuese leve.
La pena se aumentara en una tercera parte si la ofensa se hubiere hecho públicamente.”
El día 28 de abril de 2003 Felipe Mujica le mentó la madre al presidente Hugo Chávez y no paso mayor cosa; caso contrario fue cuando un charlatán de esos que aun vemos en televisión todas la mañanas de nombre José Gómez quien vaticino la muerte del entonces presidente Rafael Caldera, “Yo también deseo y espero que el presidente concluya su mandato en 1999, pero no lo creo” replico el astrologo, inconmovible tras permanecer durante 48 horas detenido en la DISIP.
Concluiré recordando un experimento realizado en el año 1969 en la universidad de Stanford por el profesor Phillip Zimbardo quien dejo dos autos abandonados en las calle, idénticos, uno lo dejo en el Bronx (zona pobre de USA) y el otro en palo alto una zona rica y tranquila de California. El carro del Bronx comenzó a ser desvalijado mientras el de palo alto estaba intacto. Los conservadores y reaccionarios pensaran que es común atribuir la pobreza las causas del delito pero el experimento no termino allí, a la semana cuando el carro del Bronx estaba deshecho y el de palo alto impecable, el investigador rompe el vidrio del carro en buen estado como resultado se desato el mismo proceso de robo, violencia y vandalismo con el carro de Palo Alto.
El investigador concluyo que no se trata de pobreza. La psicología humana y sus relaciones sociales responden al comportamiento del mismo. El vidrio roto trasmita la idea de deterioro, despreocupación lo que rompe los códigos de convivencia. Y da la sensación de ausencia de Ley, de normas, cada nuevo ataque que sufre el carro reafirma la idea, hasta que la escala se vuelva incontenible. Desembocando la violencia.
Si un país exhibe signos de deterioro y esto parece o importar a nadie, entonces allí se generara el delito ¿hasta cuando se incumplirán las cientos de leyes del país?
@acerorh
chinovaleramora@gmail.com
*Delegado del PSUV