Agencias
29 de marzo de 2013.- Los prisioneros que están siguiendo una huelga de hambre en la prisión de Guantánamo se quejaron de que sus guardianes les habían denegado el agua potable y mantenían sus celdas a temperaturas “extremadamente frías”.
Fiscales estadounidenses afirmaron este jueves que las acusaciones eran “falsas” y urgieron a la corte del distrito de Washington a descartar la moción de emergencia presentada por el prisionero de Yemen, Musaab al Madhwani.

Madhwani, que ha permanecido preso durante 11 años, solicita “ayuda humanitaria de emergencia” en forma de agua potable y ropas para mantenerse caliente, según su queja.

El detenido está bebiendo únicamente agua y no come nada al adherirse a la huelga de hambre que comenzó hace seis semanas y de la que participan 31 de los actuales 166 reos.

Las autoridades habrían denegado a Madhwani y otros prisioneros el acceso al agua potable durante al menos tres días, según su queja.

“Cuando Musaab y sus compañeros prisioneros solicitaron agua para beber, los guardias les dijeron que la tomasen del grifo”, de acuerdo con la denuncia, que detalla que el agua corriente en Guantánamo no es potable y sólo puede ser consumida embotellada.

Además, en los 10 días anteriores a la queja “las autoridades de la prisión mantuvieron el aire acondicionado a temperaturas extremadamente altas, mucho más que nunca antes”, escribió el abogado del reo al juzgado.

El letrado expresó su preocupación por que la falta de agua pudiera llevar a que el prisionero sufriera “serias y potenciales daños físicos que pusieran en riesgo su vida” y acusó a los carceleros de imponer condiciones más duras en un intento de “acabar con la huelga de hambre”.

“Mis clientes están decididos a una huelga de hambre hasta que el ejército responda a sus demandas, y están dispuestos a arriesgar sus vidas para lograr este objetivo”, afirmó David Remes, que representa a 15 de los prisioneros de Guantánamo que siguen la huelga de hambre.

El portavoz de la prisión, el capitán Robert Durand, afirmó que las celdas se mantienen a “temperaturas comfortables” y que los detenidos cuentan con cajas de botellas de agua en sus bloques, “la misma agua con la que hago mi café y que usamos para cocinar las comidas de las tropas y los prisioneros”, añadió.