Sin embargo, la mayoría de las armas norcoreanas están envejecidas –la mitad fue diseñada en los años sesenta y la otra incluso antes, señala el informe ‘Balance de armas convencionales en la península coreana’ (‘The Conventional Military Balance on the Korean Peninsula’) del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS, por sus siglas en inglés)– mientras el Sur posee armas y tecnologías modernas.
Aparte de sus propias fuerzas, Seúl puede contar con apoyo militar estadounidense. En el territorio surcoreano y cerca están desplegadas más de veinte mil tropas de las Fuerzas de EE.UU. en Corea, y en caso de emergencia la cantidad puede aumentar en poco tiempo.
No hay que descartar tampoco el peligro de una guerra nuclear, algo que teme la comunidad internacional. Corea del Norte se declara como un Estado nuclear y en febrero de este año realizó una prueba de ese tipo pese a que le demandaron que dejara el programa nuclear. Este sábado 30 de marzo Pyongyang ha anunciado oficialmente que la situación en la península está en un estado de guerra y en caso de cualquier provocación podría provocar «una guerra universal, una guerra nuclear».