¡Que influencia!, cuanto poder de coerción. Una organización que se
solventa en el oscurantismo y reproduce el infierno en la tierra, con la
complicidad sobre exterminios, matanzas selectivas, colusión y omisiones
sobre terrorismo de estado, robo de niños, expropiación de tierras a
originarios, torturadora sexual de menores, autor intelectual y guía moral
de genocidios, socia de mafias y del poder económico concentrado,
contraria a cualquier expansión de derechos, corrupta en todas sus formas,
tristemente ilustre lavadora de dinero del crimen organizado. Ni la mafia
en su sentido tradicional italiano y socia de la primera, posee un
historial tan ignominioso para la humanidad. La Iglesia amiga del sionismo
tanto como del nazismo, acaso la misma cosa, y de cualquier ismo que
contemple alguna forma de poder, más allá que para la escenificación
mediática se imposte enfrentamiento. Dueña del peor de los conceptos
éticos y rebalsada de moralina jurásica con compulsión por desestimar las
faltas propias y engordar las ajenas, ha ejercido con destreza el dominio
de las almas en cuanto psiquis.
Puede lograr la parálisis de un estado cuanto aún más de un individuo;
infundir terror como lo hacía la Santa Inquisición del medioevo luego
remozada como «Congregación para la Doctrina de la Fe» para evitar su
vinculación histórica con aquella, con su ideólogo Ratzinger a la cabeza,
era y es su especialidad. Antes abrían con un barreno la cabeza de algún
hereje vivo, aserruchaban a una mujer incrédula en vida hasta obtener dos
partes, incendiaban atados a postes mientras los alaridos desgarradores
terminaban en muerte de quienes se atrevían a pensar, a ser libres, ni
hablar de aquel que esbozara una posición crítica o acusativa contra,
aunque sea algún, aspecto de la Iglesia; Giordano Bruno por sustraer algo
con facilidad de la memoria. Esta macabra lógica repulsiva, muy a pesar
del siglo XXI, en el siglo de la libertad hecha ciencia, en el siglo de
los pueblos, sigue invariable, tal vez con otros resortes, otras
estrategias y otro poder organizativo, con logística inusual, pero
perpetúa la inoculación de miedo extorsivo, entre otras modalidades,
mediante su trillado reguero de pensamiento único y mágico, persiguiendo
su objetivo final del siempre inveterado poder. Pueden perder los pelos
pero no los vicios saecula saeculorum.
Francisco I, todo un Papa protector.
Bergoglio defensor del abominable cura Christian Von Wernich, calificaba
de «calumnias» el juicio que lo encontraría, al segundo, culpable de
atroces delitos de Lesa Humanidad, con la garantía de derechos que ofrece
un proceso judicial en tiempos de democracia. Von Wernich: homicida,
torturador y confesor de genocidas y otros torturadores. Los delitos
cometidos por Von Wernich fueron probados sobradamente en los testimonios
de los sobrevivientes de los diferentes centros clandestinos y que fueron
recogidos en 1985 en el Informe de la CONADEP (Comisión Nacional de
Desaparecidos). Se ha demostrado su participación directa en los
homicidios de los desaparecidos María del Carmen Morettini, Cecilia Luján
Idiart y Domingo Héctor Moncalvillo. El fallecido policía Julio Alberto
Emmed, quien confesó que Von Wernich y él participaron junto a otros
represores en el asesinato de los tres jóvenes cuando supuestamente los
trasladaban al puerto de Buenos Aires para que dejaran el país rumbo a
Uruguay. Mantenía entrevistas con personas privadas ilegalmente de la
libertad que se hallaban en dependencias policiales y militares, tratando
de captar voluntades con el objeto de obtener –mediante esos tratos-
información útil para ser entregada a sus superiores, valiéndose de su
servicio sacerdotal que no denotaba sospecha. También realizaba aportes
más que considerables para mantener esa situación e imponía tormentos
principalmente psicológicos y morales a los prisioneros que, conjugados
con las condiciones torturantes de detención y los padecimientos físicos,
terminaban por constituir un cuadro decididamente horroroso. Les llevó a
los militares argentinos aquello que los alemanes llevaban inscripto en
sus hebillas: Gott mit uns (Dios está con nosotros). Que un religioso
cayera en estos pecados indescriptibles no alcanza, por lo visto, para
hacerle perder su patente de cura ni su derecho canónico a dar misa. La
información viene de buena fuente, del núcleo pleno de lo que se podría
llamar la hincha de Von Wernich, la revista Cabildo. La aritmética
implacable de la justicia de la democracia nos da 31 casos de torturas, 34
casos de privación ilegiíima de la libertad y 7 homicidios calificados
cometidos por el Cristiano Won Wernich que es igual a reclusión eterna
(por tiempo indeterminado).
Sacerdote católico Christian Von Wernich
Existe una plétora de hechos que vinculan a Francisco I con lo peor de la
condición humana, estos son los delitos de lesa humanidad, en su situación
de conocidos y probados contactos con la dictadura militar, en pleno
conocimiento contemporáneo cuando se sucedían uno tras otro los
secuestros, torturas y desapariciones durante el último terrorismo de
estado, evidencia una pastosa impunidad. Pero existen, para la desgracia
del papa criminal, unos casos que gozan de un estado más mediático y que
resonaron en virtud de los trabajos de investigación periodística del
destacado presidente del CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales) y
periodista Horacio Verbitsky, estos son los referidos a los curas jesuitas
Yorio y Jalics, dependientes durante la dictadura del entonces Provincial
Bergoglio, quien los privara de protección y entregara a las patotas de
militares asesinos contra su pueblo para su tortura en 1976, el otro caso
es el de Estela de la Cuadra con la búsqueda de su sobrina nacida en
cautiverio, expropiada por los genocidas sustrayéndole así la identidad,
arrancada de los brazos de su madre Elena que, fue secuestrada en 1977 y
atravesaba el quinto mes de embarazo, con lo que Bergoglio incurrió en
falso testimonio al declarar en 2006 que no tenía conocimiento de las
detenciones ilegales ni de apropiación de menores aunque existe abundante
documentación que lo desmiente fehacientemente, como el facsímile donde
figura que Bergoglio acusa a Jalics y Yorio en un tiempo histórico en el
cual decir algo, aunque sea ligeramente relacionado con la categoría
«subversivo», significaba tortura y desaparición automática de personas,
de ésta manera: «(sobre Jalics) acusado con el padre Yorio de sospechoso
contacto guerrillero», por otro lado referido al robo de bebés de madres
torturadas, violadas y luego asesinadas por la dictadura, en aquella
declaración, Francisco I volvió a mostrarse ignorante y reticente sin
embargo el testimonio de de la Cuadra pone blanco sobre negro como
palmariamente se lee en una nota de Pagina/12 “Al ahora Papa recurrió su
padre [el padre de Estela de la Cuadra] en 1977, cuando su hermana Elena
fue secuestrada durante la dictadura y dio a luz una niña que aún ignora
su identidad. Bergoglio (…) lo mandó a hablar con el obispo auxiliar de la
ciudad de La Plata, monseñor Picchi y se desentendió del caso”, bajo
juramento escribió: “No recuerdo que me haya referido que su hija se
encontraba embarazada”, “No recuerdo haber tenido conocimiento de las
reuniones que podría haber realizado monseñor Picchi, apuntó. Aseguró que
no informó de la denuncia a otra autoridad que no fuera Picchi y admitió
que no hizo ninguna gestión para ayudar a la familia (…)”. Monseñor
Picchi por la derivación de Bergoglio, le cuenta, en ese momento, a Elena,
que su nieta había nacido y agrega “la tiene un matrimonio bien
(entiéndase en ese lexicón: cercano a los ‘valores religiosos’, de buen
pasar y raigambre tradicionalista derechista), no hay vuelta atrás, eso es
lo último que se tiene”. Bergoglio estratega contumaz, jugo a dos puntas,
entregando a la dictadura a unos ayudando a unos pocos, de esa manera, no
estar desprevenido por si los vientos cambiasen de dirección.
La mansedumbre que decepciona al concepto de justicia.
De estos hechos y dichos, ahora el curita Jalics, residente en una
convento de Munich Alemania, se da vuelta como una tortilla para dar
comienzo a un culebrón macabro afirmando que, «Yo me he reconciliado con
lo sucedido y considero, por lo menos por mi parte, el asunto cerrado»,
para luego realizar una lóbrega confirmación, sobre, que habló de lo
sucedido (su secuestro en 1976) con el entonces arzobispo de Buenos Aires
Bergoglio. «Después celebramos juntos una misa y nos abrazamos
solemnemente. Yo me he reconciliado con lo sucedido y considero, por lo
menos por mi parte, el asunto cerrado». Un caso más de lesa humanidad,
punto final, todos amigos y no se hable más de este tema. Y aquí emergen
con indignación algunas preguntas, ¿operó el terror de la curia sobre
Jalics?, ¿puede más el miedo a la soledad y al desamparo en la vejez que
la verdad?, ¿puede más la comodidad de la vida clerical en un lugar
privilegiado como Munich que la misma consciencia?, ¿es de tal magnitud el
lavado de cerebros en los claustros como para doblegar la consciencia
ética y la voluntad de una persona aun en el siglo XXI?, ¿conserva la
Iglesia la manía de la amenaza hacia una víctima de secuestro y tortura
por parte del terrorismo de estado?, ¿un torturado queda traumado,
condicionado, con el temor actualizado a que le vuelva a pasar lo mismo?
¿qué llevaría a un monje supuestamente sensible y comprometido en el
pasado con los desfavorecidos a funcionar como limpiador de fachada en el
presente de un personaje vinculado a delitos de lesa humanidad?,
seguramente las respuestas están en el seno de la Iglesia Católica, en su
entretejido de poder y complicidad, en la mente de Francisco 1º, y si
todavía está en sus cabales, en la mente del vacilante o si cabe, senil
cura Jalics.
Autopoyesis
Jalics quien dijo reconocer la voz de Bergoglio cuando estaba secuestrado
con los ojos vendados en un centro de tortura en 1976, no es el único
cohonestador, hay otros devaluados, que vinieron destruyendo
progresivamente su reputación de izquierda, de progresismo y humanismo,
por muestra podríamos nombrar al cada vez más extraviado argentino Premio
Nobel de la Paz, Adolfo Perez Esquivel, de quien, si nos remitimos a su
historia apreciaremos su lucha por el retorno de la democracia, y
lamentablemente sin solución de continuidad una gradual pendiente hacia
abajo en lo que respecta a la defensa del modelo político que desde 2003
aunque tardío hace posible el enjuiciamiento de los genocidas a los que él
presumiblemente combatió …claro, con su cruz. Luego de la fabricación
del nuevo papa, se escucharon voces que quebrantaron su pasado, parecería
que el poder en tanto condicionante tiene la cualidad de catalizar
posiciones que aparecían en cierta gama de grises, eso es altamente
positivo, esa capacidad de contrastar de la que los propios procesos
políticos con frecuencia carecen, vino a enrostrar las contradicciones
internas nada menores sobre las que deberán trabajar la militancia y sus
referentes intelectuales mas temprano que tarde por la buena salud del
kirchnerismo y para evitar el efecto centrifugo que provoca la
discrecionalidad pragmática.
El amigo de la Paz del status quo, le hace el juego a la oligarquía
mafiosa eclesiástica, en clara actitud genuflexa, practicando un raid
mediático que empezó por la británica BBC (todo un hecho simbólico) donde
asevera que el papa Francisco «no tenía vínculos con la dictadura», una
afirmación de brusquedad taxativa relativo a un personaje nefasto por su
ideología contraderechos (contrario a: matrimonio igualitario, educación
sexual, uso del preservativo, legalización tenencia de droga para consumo
personal, adopción igualitaria, identidad de género, eutanasia…) y
sospechado de por lo menos complicidad en crímenes contra la humanidad e
in fraganti testigo mendaz, abre un espacio de dudas sobre los motivos de
dichas declaraciones del Nobél aun más al observar el carácter tajante de
quien en 2005 durante un reportaje que le hiciera Canal America de Buenos
Aires aseguraba lo opuesto «muchos obispos tenían un doble discurso
(durante la dictadura) cuando yo estaba en prisión, mi mujer los iba a ver
… (los obispos) decían que iban a ver que podían hacer y después hacían
todo lo contrario … la actitud de Bergoglio … se inscribe dentro de
todas estas políticas de pensar que todos aquellos que trabajaban
socialmente con los sectores más necesitados son subversivos,
terroristas». Hasta aquí queda claro que aquellos que cambiaron en favor
de éste papa execrable, no resisten archivo alguno.
Es un «personaje ávido de poder» y «hasta papa no para» comentaban los que
lo conocían, Verbitsky agudo con el análisis sobre el hasta entonces
Bergoglio titula una nota «Operación Cónclave»; de la materia que trata
aquel y otros informes es de un ser lleno de dobleces, hábil, coercitivo,
pergeñador, lobbista infatigable, delator de curas comprometidos con las
causas sociales, histriónico, con ansias ostensibles de ejercer el poder
sobre otros, según el testimonio de Mom Debussy un exmonje que pudo
«escapar» de las garras psicológicas de Bergoglio y constató el despotismo
jactancioso del actual Papa cuando Provincial y su comportamiento rayando
con lo perverso además de graves irregularidades de caja con un faltante
de 6.000.000 (seis millones) de dólares. Si se entrecruza los relatos de
los testigos en tanto víctimas, es posible trazar una línea de
comportamiento bastante coherente que se podría resumir como que, debajo
de la mesa es un agresivo operador ultraconservador totalitario
intolerante hasta el paroxismo vinculado al poder concentrado, por arriba
la apariencia, un sacerdote espartano, afable, dialoguista y cercano a la
gente. Quiera creer la humanidad que ya no caemos en esas trampas.
La doble cara junto a su suspicacia lo convertirá rápidamente, con el
empuje de los medios hegemónicos globalizados necesitados de un líder
espiritual de la derecha mundial, en un «reformista», la realidad de los
hechos marca lo diametralmente opuesto. Se trata en realidad de un
aggiornamento superficial para tranquilizar a los incautos y en parte a su
rebaño con aires críticos, mientras como bien titula Verbitsky se
convierte en un «ersatz» de lo ya ampliamente conocido.
En los meses venideros probablemente asistiremos a una magistral muestra
teatral de cinismo, con la férrea intención de vender al mundo una imagen
de un papa «diferente», de hecho y evidentemente perseguido por el
fantasma de la cercana dimisión de Ratzinger apresurado en su segundo día
como sucesor de Pedro, empezó a barrer lo que se ve y era obvio, lo que en
la inecuación reditúa más eliminar que apañar, expulsando al conocido
obispo que irónicamente lleva «Derecho, Ley» por apellido, Bernard Law,
encubridor de 250 sacerdotes que obligaban a niños a tener sexo. Por lo
expuesto, gentío del mundo preparen sus butacas para el mayor montaje de
la historia de la Iglesia, digno del hollywoodense Oscar, esta vez se
superará y hasta se podría augurar un final apoteósico.
Ni tarde ni perezoso ese serpentario de supremacía clerical, el Vaticano,
montó la primera punta de lanza mediática practicando el negacionismo de
la vinculación de Francisco I con el terrorismo de estado en Argentina,
proceso de aniquilación sistemático que dejó además de un país en ruinas
que empezó su recuperación cualitativa recién a partir de 2003, una
cantidad espeluznante de muertos, treinta mil desaparecidos (la mayoría
adolescentes) que pasaron por tormentos de una crueldad jamas concebida,
la expropiación de los menores que nacieron de sus madres en cautiverio en
condiciones de violación y tortura, de los cuales Abuelas de Plaza de Mayo
ha recuperado 105 de un total estimado de 500. Los documentos y
testimonios prueban exactamente lo contrario, osea, prueban sus vínculos
explícitos con delitos de lesa humanidad. Pudiera ser, ensayando una
hipótesis, que los mortales no entendamos que la palabra del representante
de dios en la tierra pudiera con el gesto omnipotente que lo caracteriza
hacer que los documentos, los testimonios y la historia misma no valga
absolutamente nada.
En Argentina tenemos un apotegma que toma forma de cantito, consagrado
como himno popular de la memoria ética, cobrando mayor énfasis y número en
cada manifestación, en cada marcha: «¡Iglesia basura vos sos la
dictadura!»
El cierre conceptual a tanta denuncia derramada que rebota contra el
impune e inmune Francisco I pueda acaso ser el del lapidario dirigente
político y social argentino Luis D’Elia quien en su cuenta de twitter
@Luis_Delia posteaba «FRANCISCO I es a América Latina lo q Juan Pablo II
fue a la Unión Soviética.El NUEVO INTENTO DEL IMPERIO POR DESTRUIR LA
UNIDAD SURAMERICANA»
La derecha global sabe que su existencia en el futuro depende en una
medida inusitada de la mala suerte de los procesos progresistas con
espíritu de socialismo del siglo XXI, justicia social, inclusivo e
igualitario, que se gestan en América Latina.
Referencias:
http://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/20-156521-2010-11-08.html
http://www.pajarorojo.info/
http://www.desaparecidos.org/nuncamas/web/testimon/dela_cuadra.htm
http://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/subnotas/20-62822-2013-03-15.html
http://www.argenpress.info/2013/03/el-nuevo-papa-colaboro-con-la-dictadura.html
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-167453-2011-05-03.html
http://www.exdesaparecidos.org.ar/VonWernich.htm
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-191371-2012-04-08.html