«Hemos matado a 4.700 personas», aseguró el senador republicano Lindsey Graham, firme defensor del uso de aviones no tripulados.
Graham defendió el uso que hace la administración del presidente Barack Obama de aviones no tripulados para llevar a cabo asesinatos en el extranjero, sosteniendo que en «es un arma que debe ser utilizada».
Los legisladores estadounidenses se niegan a discutir públicamente los detalles del polémico programa y la cifra real de muertos por este tipo de ataques aéreos sigue siendo un misterio.
Pese a las protestas de ciudadanos del país y organizaciones de defensa de los derechos humanos, la administración de Obama ha extendido el uso de estos aparatos para asesinar a sospechosos de pertenecer a Al Qaeda en territorio extranjero. De hecho, según un informe elaborado por el centro de estudios New America Foundation, desde 2004 EE.UU. ha llevado a cabo unos 350 ataques aéreos, la mayoría de ellos durante la presidencia de Obama. La fundación sitúa la cifra de muertos en entre 1.963 y 3.293; entre ellos, de 261 a 305 serían civiles.