Este nuevo atentado se suma al registrado hace dos semanas, cuando dos niños y dos mujeres fueron asesinados por disparos de fuerzas estadounidenses contra un grupo de civiles afganos en el distrito de Shindand, en la provincia de Herat.
Los ataques contra civiles, por parte de fuerzas de la OTAN, ocurren con regularidad desde el año 2001, cuando Washington, bajo la presidencia de George W. Bush (2000-2008), y sus aliados invadieron el país.
Desde la presencia de tropas extranjeras, la violencia ha aumentado en el país, devastado por la guerra, siendo la gran mayoría de las víctimas civiles, alcanzadas por disparos o bombardeos indiscriminados de la OTAN.
Además de los miles de de civiles afganos muertos, de acuerdo con el portal digital icasualties.org, desde 2001 las bajas de la OTAN en Afganistán suman 3.256 muertos, incluyendo dos 1.176 militares de Estados Unidos y 440 del Reino Unido.