Acusado de actos ‘inapropiados’, no irá al cónclave papal
El Vaticano ha anunciado por su parte que Benedicto XVI acepta la renuncia del cardenal e investigará los hechos.
‘Noticias tristes’
O’Brien se ausentó el domingo de su misa semanal en la catedral de St. Mary en Edimburgo. En su lugar, el obispo Stephen Robson reconoció que estaba «entristecido por las noticias» y confirmó que el cardenal ha buscado «asesoramiento legal», tras negar el contenido de las acusaciones.
El escándalo, adelantado el domingo en la portada de ‘The Observer’, ha puesto en el ojo del huracán a la Iglesia Católica en el Reino Unido. O’Brien se había destacado últimamente por sus furibundos ataques contra los matrimonios entre homosexuales. Curiosamente, el cardenal se desmarcó el viernes pasado cuestionando la vigencia del celibato y reclamando la posibilidad de contraer matrimonio a los curas católicos.
Las denuncias por «actos inapropiados» remontan a los años ochenta. Un ex sacerdote, cuyo nombre no ha sido revelado por ‘The Observer’, le acusa de haber intentado mantener un contacto sexual con él tras una plegaria nocturna en el seminario de St. Andrews.
«En su día tuve miedo a comunicar el incidente», revela el denunciante en una denuncia ante el nuncio. «Él ejercía siempre un poder sobre mí. Era algo más que mi jefe, más que el director de mi compañía. Tenía la capacidad de controlar todos los aspectos de mi vida. Cuando te ordenan como sacerdote haces voto de obediencia……No podía responderle con una patada en las pelotas».
‘Dejé la sotana para preservar mi integridad’
«Todo el mundo asumió en su momento que dejé el sacerdocio para poder casarme», añade el primer denunciante. «Lo cierto es que dejé la sotana para preservar mi integridad. Necesité ver a un psicólogo después de lo ocurrido».
El segundo denunciante, identificado como Cura A, declara que su posición en una parroquia escocesa se vio también seriamente comprometida antes los avances de O’Brien. Por las mismas fechas, el tercer denunciante o Cura B asegura que fue invitado por el entonces arzobispo O’Brien a pasar una semana en su residencia, donde intentó propasarse después de haber bebido a altas horas de la noche.
El cuarto y más joven de los denunciantes, Cura C, acusa al cardenal de haber intentado abusar también de él al amparo de la plegaria de la noche. «Es una persona muy carismática, alguien a quien siempre vimos como un superior y a quien creíamos capaz de guiarnos en momentos de dificultad».