Humberto Gómez García
Lo más reciente, el juramento del 10 de enero de 2013. Descomunal y gigantesca movilización donde todos nos asumimos como Chávez. Pocas veces se había estremecido un país –y un continente– con la decisión de defender sus conquistas revolucionarias. Los hermanos presidentes del Alba palparon aquel emocionante acto y la decisión del pueblo.
Después vino la otra gigantesca movilización el 23 de enero, recordar aquella gesta libertaria que le arrebató la oligarquía, partidos y líderes miserables que actuaron defendiendo la burguesía, AD, Copei, URD, sus líderes Betancourt, Caldera y Villalba y el nefasto Pacto de Punto Fijo, la maldita democracia representativa burguesa que de democracia no tenía sino el nombre y que lo digan 40 años de ignominia, entrega de la soberanía, represión, muertes, latrocinio y corrupción.
Y el 4 de Febrero nos movilizamos nuevamente en recuerdo de aquella gesta que sumada a la secular lucha de nuestro pueblo, la lucha armada de los años 60’ y 70’, la insurrección popular del 27 y 28 de febrero de 1989 y todo lo que vino después, las miles de movilizaciones que realizamos, ahora con un liderazgo claro y definido, para derrocar la dictadura de la oligarburguesía que se comenzó a concretar aquel también épico 6 de diciembre de 1998 donde llevamos a Chávez a la presidencia de la República. Fue una movilización para recordar aquellos momentos estelares donde estalló una insurrección de la juventud militar rebelde y para reafirmar la decisión no sólo de defender la revolución, sus enormes y gigantescas conquistas sino para decirle a los burgueses y al imperialismo yanqui, a los enemigos de la patria, de la revolución y del líder fundamental y único, que los tanques que aquella madrugada derrumbaron las rejas de la opresión del Palacio de Miraflores e hicieron correr a las ratas que malgobernaban al país, hoy avanzan victoriosos hacia el futuro y ningún obstáculo los detendrán porque en esos vehículos un decidido a todo.
Muchas veces nos preguntamos cómo sería el día que Chávez regresara a Venezuela. Por ese hombre, que nuestro pueblo ha convertido en un mito, en una leyenda, en alguien tan especial que unos dicen que después del Libertador sólo Hugo Chávez se le acerca en la grandeza. Otros, más místicos, lo emparenta con Cristo. Como sea siento que no llega el mismo presidente, es otro hombre, mucho más grande, con super poderes porque se transmutó en un pueblo que se asumió en un gigantesco juramento ese día 10 de enero. Todavía no amanece y ya el país se estremece por la emoción. Vendrán cientos de movilizaciones, no dudemos eso. Esa energía continuará desbordándose para cuidar al presidente que se sigue recuperando en el Hospital Militar de San Martín. Vendrán las romerías populares, los rezos, las bendiciones. Todos nos sentiremos más tranquilos porque en estos dos meses y siete días de ausencia hemos estado tensos, angustiados, preocupados por el destino de ese hombre que tiene en sus manos el destino de todos nosotros y de la Patria.
Unidad, lucha, batalla, ¡victoria! fue lo que pidió Hugo Chávez al partir a aquel viaje a Cuba donde se jugaba su destino, nuestro destino, en manos de médicos cubanos excepcionales, gigantes de la mejor medicina del mundo, la cubana, que nos devolvió vivo y recuperándose al líder y ese trato, esa atención, esa dedicación, ese amor inmenso a nuestro presidente. Hay que agradecer a los camaradas Fidel Castro, el presidente Raúl Castro y al pueblo cubano por tanto amor y por poner su enorme sabiduría médica, científica, al servicio de un hombre singular, especial, clave en el rumbo de América Latina y el Caribe y, por supuesto, de Venezuela.
El impacto de su llegada esta madrugada, a las dos y media del lunes 18 de febrero, noticia dada en primicia por Telesur, primero, Vive, después, luego por VTV y al instante la explosión que en millones de corazones causó la impactante noticia. ¡Volvió, volvió, volvió! Coreaba la gente. ¡Viva Chávez! gritaban mujeres humildes desde los balcones. Ya a las 6 y media del nuevo día las calles estaban conmocionadas por la alegría de nuestro pueblo, las Plaza Bolívar se hicieron pequeñas para albergar tantos corazones rebosantes de alegría. Y eso que es sólo la noticia, está recluido en el Hospital Militar para continuar su tratamiento ¿cómo será cuando aparezca en vivo?
¡Bienvenido presidente! No eres un clon ni te retocaron con fotoshop como dicen tus enemigos. No te levantes hasta que no estés totalmente recuperado, sano y te juramentes al el Tribunal Supremo de Justicia.
Con Chávez, Maduro y la revolución bolivariana y socialista, todo.
humbertocaracola@gmail.com