
El Mandatario señaló que este convenio multilateral buscaría impulsar las exportaciones estadounidenses, apoyar la generación de empleos en su país y lograr “igualdad de oportunidades para los estadounidenses», sin mencionar los beneficios que conllevaría para las demás naciones.
Igualmente, Obama solo mencionó a México, nación fronteriza, para resaltar que “Estados Unidos está recuperando empleos procedentes de su vecino del sur”.
En relación al tema migratorio, problema que afecta principalmente a la comunidad latina, se limitó a exhortar, nuevamente, al Congreso para que elabore una reforma migratoria que regularice la situación de unos 11 millones de indocumentados que viven en pésimas condiciones; una promesa incumplida que arrastra desde su primera campaña electoral, en 2008.
En cambio, el Presidente dedicó gran parte de su discurso a la política exterior que emprenderá hacia Medio Oriente y Asia, que incluirá las “amenazas” de Corea del Norte, el programa nuclear de Irán, los conflictos en Siria y Egipto, las reformas en Birmania y sus relaciones con Israel.
Otras regiones del mundo como Asia, África, Europa han manifestado sus intenciones de incrementar la cooperación con los países latinoamericanos, por considerar que esta región de América avanza a pasos agigantados por la senda del desarrollo, situación que podría conllevar beneficios para las grandes potencias que sufren los embates de la crisis global.
