Alemania debería aceptar que la política de austeridad y recortes que promueve en la eurozona es “contraproducente” y agudiza unos problemas sociales que finalmente podrían incluso destruir la UE.
De hecho, desde el comienzo de la crisis financiera el objetivo de alcanzar una Europa unida es cada vez menos popular. El primer ministro del Reino Unido, David Cameron, anunció incluso que su país se planteará salir de la UE si no se emprenden reformas dentro de la organización.
Otro reto que tienen que afrontar los países europeos es intentar llegar a un acuerdo sobre el presupuesto comunitario del periodo 2014-2020. Sin embargo, los mandatarios europeos llegan muy divididos a la cumbre de Bruselas. Mientras los países más afectados por la crisis rechazan recortes, la ‘vanguardia’ encabezada por Alemania defiende la austeridad presupuestaria.