“Hoy podemos estimar en un poco más de 100 millones lo gastado después de mediados de enero”, la fecha en la que empezó la guerra, es decir, el pasado 11 de enero, ha destacado Le Drian en la entrevista que ha concedido a la emisora ‘RTL’.
Los legisladores rechazaron tal medida a raíz de que el presidente de Francia, François Hollande, ordenara el comienzo de la guerra en Malí sin avisar previamente de ello a la Asamblea Nacional.
Sin embargo, Hollande justificó tal hecho alegando que ello respondía a la necesidad de adoptar medidas de seguridad frente a las amenazas y peligros relacionados con el terrorismo, después de que le informaran de que hombres armados malienses estaban avanzando hacia la ciudad de Bamako, la capital de Malí.
Se espera que después del despliegue de alrededor de seis mil militares africanos en Malí, los franceses abandonen poco a poco este país el próximo mes de marzo.
No obstante, cabe destacar al respecto que la Unión Europea (UE) dio luz verde al envío de otros 500 militares para entrenar y asesorar el Ejército maliense, pese a la manifiesta negativa del eurodiputado de Izquierda Unida, Willy Meyer, que rechazó la injerencia llevada a cabo en el país africano, al tiempo que, advirtió que no existe una solución militar posible a ese conflicto.
Durante sus declaraciones ante el Parlamento Europeo, Meyer puso en tela de juicio la estrategia de París en Malí, a saber: “primero dejó claro que no intervendría, luego habló de una operación limitada y ahora el objetivo declarado es la reconquista total de Malí”, para después asegurar que lo que en verdad pretende Francia es tener bajo control la zona que limita con Níger, donde el país europeo está interesado en hacerse con importantes reservas de uranio.
Por otra parte, muchos expertos en cuestiones políticas estiman que con esta injerencia militar, Francia busca rentabilizar los recursos minerales y las riquezas naturales de Malí.