El Concejo Municipal de Lancashire, norte de Inglaterra, anunció que encontraron ADN de caballo en los alimentos que fueron enviados a 47 escuelas de esta región.
Entre tanto, la empresa productora y distribuidora de alimentos llamado Whitbread, la cual realiza el envío de alimentos a los hospitales y hoteles en Inglaterra y República de Irlanda, confirmó el viernes que hallaron ADN de caballo en las carnes que vendían, procediéndose a su retiro.
Hasta el momento la Agencia de Alimentación Británica (FSA, por sus siglas en inglés) ha cerrado cinco mataderos y talleres de producción de alimentos. También han detenido a tres empresarios responsables.
La preocupación del Gobierno británico ha pasado de ser fraude al consumidor a peligro para la salud, pues esta carne podría estar contaminada con fenilbutazona, una droga que se les administra a estos animales y que ha sido prohibida para el consumo humano.
El pasado 9 de febrero, el ministro francés de Consumo, Benoit Hamon, acusó a Rumania de ser el origen de la carne de caballo, a pesar de que existían vínculos con empresas francesas, holandesas y chipriotas y una fábrica en Luxemburgo.
De acuerdo con la prensa británica, las autoridades durante la última década no realizaron observaciones y ensayos exactos acerca de las carnes en el Reino Unido, por lo tanto existe la probabilidad de que este problema sea de vieja data.