También enfatizó que la captura de los tres jóvenes dragoneantes, el 25 de enero, pasó también por encima de la Convención de Viena, en uno de cuyos acápites se establece que “se debe prestar toda la atención a los detenidos”.
A ninguno de los reos, dijo, se les permitió contactos con el consulado boliviano y se les obligó a firmar un documento en el cual renuncian a esa atención.
“Esto es una falta grave, este derecho es irrenunciable, está en la convención de Viena”, enfatizó al ofrecer detalles del incidente, ocurrido en las inmediaciones de la norteña localidad chilena de Colchane.
Por el momento, Bolivia recopila datos y documentación para evaluar si es necesario o no acudir a organismos internacionales.
“No nos vamos a quedar con los brazos cruzados. Si en necesario vamos a emprender una acción internacional, tenemos todos los documentos, tenemos documentación sobre esto”, advirtió el canciller.
Los militares detenidos, José Luis Fernández Choque, Augusto Cárdenas García y Alex Choque Quispe, pertenecen al Regimiento de Satinadores de Selva Manchego y fueron enviados al Centro de Cumplimiento Penitenciario de Alto Hospicio.
El arresto se produjo unas horas antes de que el presidente Evo Morales emplazara a Chile sobre el tema marítimo en la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), con sede en Santiago.
Las relaciones entre Bolivia y Chile vivieron momentos tensos en los últimos meses, porque, además de las posiciones encontradas sobre una salida al mar para el primero, Chile reclama derechos sobre las aguas del manantial del Silala, en territorio de la nación vecina, pero de las cuales se beneficiaron por decenios.
Bolivia construyó criaderos de peces en la zona de Silala y aseguró que desviaría la corriente artificial que va hacia Chile para producir electricidad.
Ambas naciones se enfrentaron en 1879, en la llamada Guerra del Pacífico, en la cual Chile le arrebató a Bolivia 120 mil kilómetros cuadrados de territorio y 400 kilómetros de costa en el océano Pacífico.