Eduardo Tamayo G.

 

ALAI AMLATINA, 26/01/2013.-

 

Entrevista con Tom Kucharz, integrante de Ecologistas en Acción de España

 

 

El embajador de la Unión Europea en Chile, Rafael Dechao Morerno, no podía ser más franco y directo respecto a las expectativas que tiene de la Cumbre de jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que se reúne en Santiago entre el 26 y el 27 de enero. El objetivo de este evento, según el funcionario, es que “salga adelante el concepto de seguridad jurídica y se den señales a favor de reglas del juego claras para los inversionistas, pues ha habido últimamente falta de respeto de algunos países con empresas europeas”. (1)

 

Dechao Moreno lo que teme es que pueda paralizarse el saqueo del que ha sido objeto la región latinoamericana. En la última década, la Unión Europea ha invertido un promedio de 30.000 millones de dólares por año, convirtiéndose en el mayor inversionista, según datos de la CEPAL, aunque va perdiendo terreno frente a la creciente penetración de China en el continente.

 

Las transnacionales europeas dedicadas a actividades extractivas y manufactureras, a servicios bancarios y financieros, al sector energético y a las telecomunicaciones, han repatriado a sus casas matrices ingentes utilidades: de un promedio cercano a los 20.000 millones de dólares entre 1998 y el 2003 pasaron un máximo de 93.000 millones de dólares en 2008, según datos de CEPAL. (2)

 

Sobre estos temas, entrevistamos a Tom Kucharz, activista de Ecologistas en Acción de España.

 

 

– Uno de las temas que se ha planteado en la Cumbre de jefes de Estado y

de gobierno de CELAC-Unión Europea es el tema es el tema del fomento y

la seguridad jurídica de las inversiones, ¿que opina al respecto?

 

Cualquier persona que esté preocupada por las políticas públicas, la

justicia social y ambiental, los servicios públicos, la democracia, debe

saber que las inversiones capitalistas y neoliberales que se han ido

imponiendo a través de tratados bilaterales o tratados de libre comercio

son una gran amenaza para nuestros derechos universales y nuestros

derechos fundamentales. La seguridad jurídica se refiere más bien a un

marco del derecho comercial internacional donde las actuaciones de las

grandes corporaciones transnacionales y los mercados financieros quedan

impunes, en cualquier situación de crímenes ambientales o sociales o

económicos estos derechos comerciales internacionales están por encima

de los derechos humanos. Este es el marco de seguridad jurídica a los

que se refieren, o sea no tiene nada que ver con justicia sino que tiene

que ver con garantizar que los beneficios siempre estén garantizados

para las empresas privadas. Esto demuestra que la agenda de la Unión

Europea y de muchos gobiernos neoliberales de América Latina está

claramente enfocada en defender los intereses privados de grandes

corporaciones, del capital privado, del capital transnacional, o sea

defiende a una minoría de la población mundial y nunca a las mayorías

que constitucionalmente deberían defender.

 

 

– Los movimientos sociales acusan a las transnacionales de violar

derechos humanos, de atentar contra los derechos de la naturaleza, ¿esto

es así?

 

Por supuesto, existe una evidencia muy clara e irrefutable de que la

mayoría de las corporaciones transnacionales, con el objetivo de tener

el máximo beneficio en el menor tiempo posible, tienen una enorme

cantidad de externalidades sociales y ambientales. Y eso significa que

tienen que violar sistemáticamente derechos humanos para logar el

aumento de los beneficios, el incremento de su penetración en los

mercados nacionales y a nivel global. Eso se ha demostrado en sentencias

de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en diferentes juicios a

nivel nacional en los que se ha denunciado y juzgando a empresas. Ya lo

denunciaba Salvador Allende en su discurso de diciembre de 1972 ante

Naciones Unidas que uno de los problemas fundamentales era el poder de

las corporaciones que no respondían a los intereses de ningún Estado

nacional en concreto, sino que tenían su propia agenda e imponían una

serie de ajustes estructurales y cambios en las legislaciones muy

profundos, que tenían sus impactos en políticas de defensa, políticas de

guerra, políticas en relación a servicios públicos.

 

 

– A nivel de Naciones Unidas, el Pacto Mundial promueve la

autorregulación de las empresas transnacionales, ¿es suficiente esta

autorregulación?

 

No, ya desde los años setenta, en el marco de Naciones Unidas, se

buscaba un marco legal vinculante, lo que pasa es que la fuerza de los

Estados capitalistas y también el lobby de las grandes empresas han

hecho que este objetivo se elimine en Naciones Unidas , pero existían

grupos de trabajo e incluso propuestas como una Corte Penal

Internacional para juzgar crímenes económicos de las grandes

corporaciones; eso se dejó aparte y se fueron por Global Compact de Kofi

Annan y otros engaños como el paradigma de la responsabilidad social

corporativa que es una pantomima, un lavado de cara de las empresas, y

también de las asociaciones y sindicatos que se dejan engañar o

voluntariamente han participado en estos esquemas y tienen que saber que

son corresponsables por los crímenes que cometen las corporaciones,

porque les avalan de cierta manera.

 

 

– Europa vive una crisis muy profunda, y en esas circunstancias se da

esta Cumbre Unión Europea-CELAC, ¿qué interés tiene Europa respecto de

América Latina?

 

Yo creo que la prioridad más grande de la Unión Europea es Asia. Las

grandes inversiones se dirigen a China, India, Indonesia, Filipinas,

están viendo ahí una fuente de recursos naturales muy importante.

Oriente Medio para el abastecimiento de combustibles fósiles, y también

Asia central son fundamentales para la sobrevivencia del sistema

capitalista; pero América Latina tiene varios roles dentro del esquema

capitalista de la Unión Europea, tanto para el poder económico como

político. Uno es el abastecimiento de recursos naturales. La economía

europea no funcionaría sin la provisión de todo tipo de recursos

naturales, combustibles fósiles y minerales. El crecimiento económico y

toda la cadena productiva manufacturera, en un 90 por ciento, depende de

la importación de materias primas renovables y no renovables, de

biomasa, eso es tanto así que podríamos decir que sin la importación de

materias primas minerales habría un peligro para 271 millones de puestos

de trabajo, directos e indirectos, y gran parte de estas materias primas

minerales vienen de América Latina. O sea, hay una relación de

dependencia enorme y ellos quieren, con el concepto de seguridad

jurídica, con los tratados de libre comercio y la estrategia europea

sobre materias primas, poner una tenaza a los Estados, de no permitir

restringir las exportaciones de materias primas hacia la Unión Europea.

 

 

– Además de materias primas, ¿qué otros intereses tiene la Unión Europea?

 

Por ejemplo servicios financieros, los bancos, todo lo que son sectores

estratégicos: agua, electricidad, transporte, infraestructuras, la

construcción es un sector emergente, donde hay empresas europeas

dominando en el mundo, y por lo tanto están muy interesados en buscar

los contratos públicos de los estados emergentes que tienen crecimiento

económico. Por lo tanto hay más dinero público para las

infraestructuras. Y ahí recomendamos a los movimientos sociales aprender

de nosotros, ver cómo en los últimos 20, 30 años, hemos gastado billones

de euros de dinero público en grandes infraestructuras, que, con el fin

del capitalismo, basado en los combustibles fósiles y con la crisis

energética, van a quedar inútiles. Grandes puertos, aeropuertos, trenes

de alta velocidad, autopistas, ahora se pretende construirlos en Brasil,

Chile, Argentina, infraestructuras de interconexión internacional, pero

el comercio internacional va a cambiar en los próximos veinte años, con

la crisis energética y la disminución del abastecimiento de petróleo el

comercio internacional ya no va ser el del 2007, va a disminuir y vamos

hacia capitalismos mucho más regionales, capitalismos de Estado como el

chino. Entonces, ampliar el Canal de Panamá o crear estas nuevas

conexiones para el acceso al mercado mundial, de aquí a 20 años van a

quedar obsoletas y no van a dar tiempo ni siquiera para amortizar el

gasto público que se va a invertir ahí.

 

Otros intereses criminales de Europa en América Latina tiene que ver con

la enorme riqueza, la biodiversidad, todavía hay mucha naturaleza virgen

y ahí quieren crear los mercados de biodiversidad, los mercados de

carbono, lo que ellos llaman la “economía verde”, ese es un sector muy

lucrativo para las transnacionales. Y finalmente todo lo que tiene que

ver con los agrocombustibles para el transporte motorizado en Europa,

gran parte de biomasa forestal para centrales térmicas, para la

producción de electricidad en base de biomasa, y también para la

ganadería industrial. En realidad, hay una enorme transferencia de

biomasa de América Latina hacia Europa, de soja, por supuesto, que

significa una ocupación de 20 millones de hectáreas de tierra de Brasil

y Argentina, eso significa violación sistemática de los derechos a la

alimentación, al agua, a la vida, de las personas que son desplazadas en

Brasil y Argentina.

 

 

– Finalmente, las élites europeas y latinoamericanas han hablado de una

“alianza estratégica” entre las dos regiones, desde los pueblos y desde

los movimientos sociales, ¿qué tipo de relacionamiento, de entendimiento

se puede tener?

 

Llevamos años construyendo campañas muy concretas contra los tratados de

libre comercio, contra los tratados de inversiones, denunciando y

llevando a tribunales a empresas concretas que tiene que ver con

crímenes en América Latina. Ahí tenemos que seguir construyendo una

solidaridad mutua entre los movimientos sociales y populares de los dos

continentes; no esa solidaridad vieja donde se miraba a América Latina

añorando los procesos revolucionarios sino una solidaridad mutua, donde

también necesitamos solidaridad para la lucha que tenemos en Europa, la

lucha de los movimientos populares en Grecia, Portugal, el estado

español, Italia, Irlanda, Bélgica; tenemos campañas por la abolición de

la deuda pública en Europa, por la auditoría de la deuda en Europa,

entonces estamos construyendo vínculos con los procesos de auditoría que

hubo en Brasil, en Ecuador, junto con Jubileo Sur; por ejemplo, en la

lucha contra los agrocombustibles, trabajamos con los sectores afectados

como la Vía Campesina y otros sectores muy implicados como Amigos de la

Tierra de América Latina; en la lucha contra la privatización del agua,

en la lucha contra las trasnacionales y la especulación financiera,

contra la crisis climática, contra la mercantilización de la naturaleza,

contra las represas y contra el patriarcado que sustenta el modelo

neoliberal en ambas regiones.

 

 

Notas

 

(1) Ver: Jubileo Sur, “La única falta de respeto es con los derechos de

los pueblos” http://alainet.org/active/61061&lang=es

 

(2) Ver: Claudio Lara, Cumbre CELAC- Unión Europea: ¿Encuentro o

desencuentro entre dos bloques?, http://alainet.org/active/61131&lang=es