Carlos Jonas Ron Martínez

 

La conformación de la CELAC es un avance en el proceso histórico latinoamericano y caribeño ante la ausencia física en su estructura de los Estados Unidos y el Canadá. Este hecho trascendente no debe impedir visualizar el funcionamiento real de los poderes transnacionales en y alrededor de las Cumbres.

La Nueva Confederación de Estados es la respuesta al impresentable funcionamiento de la OEA y en parte a la enterrada ALCA. Sin embargo, es evidente que los principales gobiernos del bloque de la derecha (México, Chile, Colombia, Perú, Costa Rica, Panamá), tutoreados por Estados Unidos, asisten al cónclave no porque estén de acuerdo con quienes convocaron a su creación (Venezuela, Cuba, Nicaragua, Bolivia, Ecuador), ni porque “entiendan que deben caminar juntos” (pepe Mujica), sino porque apuestan a liderarlo en el futuro, sin estos gobiernos.
Es claro que después de la conformación del ALBA Estados Unidos y sus aliados golpearon en Honduras. Luego de la creación de UNASUR y la CELAC y ante el inminente ingreso de Venezuela al MERCOSUR, golpearon en Paraguay.
La convocatoria en Santiago de la  IV Cumbre Empresarial de CELAC-UE como lobistas del deseado TLC UE- MERCOSUR y casi en simultáneo con la II Cumbre de Presidentes muestran las verdaderas intenciones de los intereses transnacionales para desplegar el “libre comercio” en la región.
La Proclama Empresarial lanzada a los cancilleres de la CELAC-UE para la consideración de los Presidentes y Jefes de Gobierno tiene varias perlas extraídas de su redacción:

•    “La alianza Unión Europea-América Latina y el Caribe es estratégica y representa un compromiso de colaboración birregional que es necesario mantener y fomentar por parte de los gobiernos, involucrando en todo momento al sector privado que es el motor del desarrollo económico mundial.”
•    “Es vital que los gobiernos tengan presentes los valores de libertad, seguridad jurídica y democracia, – entendiendo que esta última debe ser expresión de la voluntad popular, respetuosa del estado de derecho y de la separación de poderes y con alternancia política en el poder-, cuando toman decisiones de cualquier orden. “
•    “Para que haya crecimiento económico, debe existir un entorno de inversión transparente y estable, respetando en toda circunstancia el Estado de Derecho. Se debe garantizar el trato justo e igualitario a los inversionistas, no permitiendo desigualdades entre inversiones extranjeras y nacionales.”

•    “La adecuada protección de la propiedad intelectual constituye un eje esencial para garantizar la innovación y la transferencia de tecnología que son vitales para el desarrollo de una economía sostenible.”
•    “Debemos apoyar la apertura equilibrada de mercados como la mejor vía para impulsar el comercio y las inversiones, y rechazamos medidas de naturaleza proteccionista de todo tipo.”
•    “abogamos por la reactivación de las negociaciones de la Ronda de Doha y por la conclusión en primera instancia del acuerdo de facilitación del comercio, así como por las negociaciones de un Acuerdo de Libre Comercio UE- Mercosur que permitirían intensificar y dinamizar las relaciones económicas entre la Unión Europea y esta región.”
•    “La salida de la crisis, que en mayor o menor medida, afecta a las dos regiones, plantea un protagonismo del sector privado empresarial como actor garante de un desarrollo eficaz y de un crecimiento inclusivo.”

Al mismo tiempo la Unión Europea ha comenzado la estrategia desarrollada por los Estados Unidos después del fracaso del ALCA: ir negociando país por país o con subbloques  ante un posible fracaso del objetivo final de un TLC o Asociación Comercial CELAC-UE, tal como quedó reflejado en la Declaración de Santiago:

«Nosotros, CELAC y la UE, celebramos los avances alcanzados desde la Cumbre de Madrid, las relaciones entre los países individuales y subregiones de la CELAC y la UE, en particular con respecto a:

•    La firma y los procesos de ratificación respectivos que conduzcan a la inminente aplicación provisoria del Acuerdo de Libre Comercio de largo alcance entre la UE y Colombia y Perú;
•    La firma y los procesos de ratificación respectivos que conducirán a una aplicación provisional del Acuerdo de Asociación integral de UE-América Central;
•    El apoyo a la Estrategia de Seguridad Regional de América Central y su implementación;
•    La negociación de un Acuerdo de Cooperación Cultural entre la UE-Colombia y Perú;
•    Negociaciones continuadas para el establecimiento de un Acuerdo de Asociación entre la UE y el Mercosur;
•    La celebración en noviembre de 2012 de una reunión del más alto nivel entre la UE y
•    Chile y el acuerdo en estas reuniones para explorar las opciones para modernizar el Acuerdo de Asociación después de 10 años de asociación;
•    La extensión de un Plan Ejecutivo Conjunto de la Asociación Estratégica y el acuerdo para explorar opciones para una actualización integral del Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación entre la UE y México.
•    La VI Cumbre UE-Brasil, celebrada en Brasilia el 24 de enero de 2013, reflejó la madurez del diálogo bilateral y la profundización de la alianza estratégica establecida en 2007.
•    La conclusión de las negociaciones y aprobación de la Estrategia de Asociación Conjunta Caribe-UE y el establecimiento del Mecanismo de Inversión del Caribe para apoyar las inversiones en el Caribe;
•    La conclusión del proceso de ratificación del Acuerdo CAN-UE sobre Dialogo Político
•    Cooperación y la Declaración Conjunta aprobada en la XI Reunión del Diálogo Especializado de Alto Nivel sobre Drogas CAN-UE, celebrada en Quito el 30 y 31 de octubre de 2012.»

Querer realizar una asociación con la Unión Europea -furgón de cola del sanguinario Imperio norteamericano- en el peor momento de la crisis capitalista (política, económica, cultural y ambiental) de la civilización europea, es al menos, una contradicción profunda de los “países progresistas” de la región que ingenuamente presentan a la población una idealizada versión de la CELAC-UE ante la invasión de los mercados nacionales por parte de las empresas extranjeras disfrazada de  “Alianza para el desarrollo sustentable y la promoción de inversiones de calidad social y ambiental”.