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Brasilia, 25 de enero de 2013.- El Diputado Nacional por el Partido de los Trabajadores (PT) califico  de “fiel escudero de las industrias farmacéuticas” al director del Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI), Jorge Ávila. También dijo que las políticas de la oficina de patentes de Brasil son “entreguistas”.

Para el médico y diputado nacional “con el predominio del paradigma neoliberal en el país, comandado por Fernando Henrique Cardoso, el Brasil abandonó progresivamente cualquier tentativa de implantar una industria de fármacos nacional”.

 

El resultado, afirmó Rosinha en un artículo de su autoría, es una gran dependencia de la salud pública brasilera en relación a la producción de la industria farmacéutica internacional. “Y todavía tengo que oír loas al neocolonialismo y soportar la política entreguista del INPI”, dijo.

El diputado, férreo defensor de las políticas nacionales de producción farmacéutica, analizó que “después de haber firmado el Trips, en diciembre de 1994, Brasil, en vez de haber esperado, como India, diez años para aprobar una ley nacional adaptada a las directrices de aquel acuerdo de la OMC, se precipitó en promulgarla ya en 1996.

El “Acuerdo sobre Aspectos de los derechos de Propiedad Intelectual relacionados al Comercio”, de la Organización Mundial del comercio (OMC), más conocido por su acrónimo inglés “Trips” (Trade Related Aspects of Intellectual Property Rights) es, hoy, la más importante fuente de Derecho Internacional público sobre propiedad intelectual, y es quien dicta las reglas internacionales.

Una de las reglas es que la patente tiene validad por 20 años y los laboratorios fabricantes, entre otras cosas, exigen la extensión a 25 años. No lo podemos aceptar”.

Expresó además: “Entre nosotros, están los que defienden que continuemos colonizados, como el ex-gobernador de Río Grande del Sur, Antonio Brito, hoy presidente ejecutivo de Interfarma (Asociación de la Industria Farmacéutica de Investigación) y el (lamentablemente) reconocido en el cargo de presidente del INPI (Instituto Nacional de Propiedad Industrial), Jorge Ávila. Este se ha comportado al frente del INPI como fiel escudero de las industrias farmacéuticas”.

Rosinha ya había acusado al director del INPI como un funcionario que defiende los intereses de la industria farmacéutica extranjera en lugar de defender la salud del pueblo brasilero.