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8 de noviembre de 2012.- La huelga en el transporte público no obstaculizó este miércoles la llegada de miles de indignados griegos a la plaza Sintagma de Atenas.

La jornada nacional de manifestación ha estado marcado por la carga policial: los agentes han utilizado gas lacrimógeno y cañones de agua para dispersar a los participantes de la acción. A estas horas el Parlamento decide el destino del paquete de medidas de austeridad exigido por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional a cambio de un nuevo tramo de financiación.

Entre tanto, la gente muestra su profundo rechazo a esta iniciativa que, en caso de aprobación, será desastrosa para el pueblo griego. «Las medidas van a destruir el tejido social de Grecia y la gente pobre no va a poder ir ni al hospital porque la medicina ya no será gratuita», opinó Nikos, un universitario de 22.