Sólo un poco de humanidad pide el mundanal mundo, donde la indolencia de los mejor acomodados maximizó, década a década, los problemas del hombre y la mujer de todas las condiciones sociales. Hay que ver la indolencia de los habitantes de los países “desarrollados” y en especial los europeos, que no les importó la siempre miseria de África y la pobreza por el robo de sus materias primas en el pasado que sufrió América Latina. Hoy, cuando atraviesan la crisis económica que viven, quizás sientan un poco de humanidad por el resto de mortales al sentir lo que los olvidados de siempre sintieron por milenios.

Los altos estudios en ciencias conductuales como la sociología, psiquiatría, antropología, publicidad, medicina y otras especialidades de este tipo, son, desde hace mucho, las destinadas al control de la ingenua humanidad, y bien sabemos que hay algunas excepciones. Los “altos estudios” de quienes se especializaron con el tiempo para mantener vigente el caos, se contraponen al pensamiento común con solo leer un poco, observar un poco y pensar un algo. La gran mayoría de los problemas humanos se agudizaron cuando el cientifismo se apoderó de leyes, tratados y todos los artilugios que secuestraron la razón humana.

A muchos academicistas y cientifistas les choca cuando generalizamos de manera negativa la academia y la ciencia, pero no se pronuncian con el debido respeto a quienes si cuestionamos el papel que han desempeñado en el mundo, porque son testigos y coautores de primera fila del despelote humano. Mientras que el origen y el fin último de todo el caos planificado con sutilidad o descaro por esos altos estudios, empíricos y legos, con charlas serias en la esquina o en la sala de nuestros hogares, nos damos cuenta que la victima principal somos todos y que los problemas que atraviesa la humanidad, son sostenidos por física maldad y son llamados para más confusión, “problemas estructurales”.

El caos mundial se convierte en una problemática de fáciles soluciones cuando analizamos con cabeza fría y humanidad real los resultados para detenerlo. ¿Cuántas formulas científicas se requieren para resolver el problema de la crisis económica en este momento por ejemplo? sólo un poco de humanidad. ¿Qué necesitamos para acabar con las hambrunas? un poco de Humanidad. ¿Cómo controlamos la inseguridad mundial? ¿Cómo acabamos con las guerras o tratamos de soliviantar un poco el problema ambiental? con un poco de humanidad. Tomemos por ejemplo el caso del narcotráfico; problema que abarca todo el planeta y que abona la tierra de penurias, sangre e inseguridad.

NARCOTRÁFICO

El narcotráfico y el narcotraficante no es el problema, porque los narcóticos simplemente están en el lugar que la naturaleza les dio, aumentados en cantidad por los que el Hombre se inventa, y que su “creatividad” los convierte para mal o para bien; y el narcotraficante, tiene todas las excusas ya sean materiales o sociales para justificar su “trabajo”: el problema es el consumo. Cada vez que se “captura” un alijo grande o pequeño de sustancias narcóticas en cualquier parte del mundo, además de la sensacional noticia, se eleva su precio y por supuesto, la producción se sostiene e intensifica. Cuando se “captura” un narcotraficante y se hace la cobertura mediática de orden, docenas de hombres y mujeres viven prestas a tomar su lugar. Mientras que la víctima o el cliente que somos todos porque el consumidor envuelve familia y sociedad y que sostiene activa la producción y alimenta la ambición económica del narcotraficante, casi nunca se menciona.

Al consumidor de cualquier tipo de narcóticos le llamamos enfermo, intoxicado y les toleramos con un humanismo cómplice. Mientras que en muchos países en especial los Estados Unidos, el control sutil con ciencias conductuales, facilita todas las formas para la adquisición de la dosis personal. Dosis personal que esa sociedad proporciona a sus jóvenes que utiliza como carne de cañón porque los viste de soldados y los riega por el mundo a masacrar inocentes. Dosis que mantiene a hombres y mujeres en la etapa más productiva de sus vidas en completa traba y por ende mantenidos en el limbo. Y la solución a este “caos” se combate de la manera más simple cuando situamos al Ser Humano en primer lugar. ¿En qué país del mundo se adelanta una campaña agresiva contra el consumo? Una campaña agresiva que sea por el bienestar de los directos implicados, sus familias y la sociedad. Una campaña por el ser humano que vemos destruido en cada esquina y mantiene el negocio de las cárceles. Una campaña que en Venezuela por ejemplo, viene dando un lento resultado, pero sabemos todos y, cuando decimos todos es todos, que podemos hacerla con toda la agresividad posible por el bien de la humanidad. De igual forma que ingerimos un purgante para acabar una diarrea, de la misma forma, agresiva, se requiere actuar contra el consumidor de narcóticos. Mientras el consumidor sea visto como simple víctima, serán los narcóticos y el narcotraficante los menos responsables de este caos.

Sin consumidores no hay producción industrial de narcóticos y el narcotráfico se queda sin mercancía y si no hay mercancía se acaba el narcotraficante. ¿Qué cosa se produce o se trasiega cuando no hay clientes? No tenemos necesidad de hacer un profundo análisis de altos estudios para entender esta problemática infantil, si vemos el problema con un poco de humanidad.

¡El objetivo del socialismo en Venezuela es la humanidad!

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