Hay una campaña masiva equivalente a una guerra declarada por todos los medios comunicacionales privados y hasta algunos públicos, para que el gobierno devalúe la moneda. Cabe preguntarse, ¿a quién le conviene una devaluación?, obviamente a quienes poseen los dólares, es decir al sector privado de la economia quienes son el mayor receptor de dólares de CADIVI y SITME via importaciones, muchas de éstas fraudulentas por sobre-facturaciones dolosas, y encima trasladan los precios de bienes y productos al consumidor final a precio del dólar en el mercado negro.

Vale acotar que el sector privado representa el 80,4% de las importaciones del pais mientras que el público el 19,6%, de los cuales un 52,9% lo importa el sector petrolero. Esta alta participación que tiene el petróleo en las importaciones del sector público, se debe principalmente a bienes de consumo intermedio.

Como se puede verificar, muy poco de estas importaciones del sector público son para beneficio directo del pueblo, mientras que el sector privado se beneficia de los dólares de CADIVI y del SITME en cantidades exhorbitantes, vendiendo sus productos a precios del mercado paralelo, con claro perjuicio para el Pueblo.

Claramente, a quien no le conviene la fulana devaluación es al Pueblo, quienes son los que al final pagan el perverso impuesto de la inflación que provoca esta infame devaluación, la cual en teoría no debería tener un efecto de las magnitudes que se verifican en Venezuela, donde lamentablemente entran en juego intereses oscuros asociados a la ganancia fácil por medio de la especulación, que provoca una cadena de aumentos de precio imparable en todos los sectores de le economia, asi no exista relación entre dólar y producto vendido.

Debo insistir a riesgo de parecer un querre querre, una nueva devaluación sería el AUTO SUICIDIO de la Revolución Bolivariana, y valga la redundancia.

La devaluación se pudiera justificar para sustituir importaciones cuando el pais tiene capacidad excedentaria susceptible de ser exportada, no es el caso actualmente en Venezuela. Si esta fuera una economía que tuviera capacidad productiva excedente, como otras economías de mayor peso, una devaluación favorecería la sustitución de importaciones y serían más competitivas las nuevas exportaciones. Pero una economía, como la venezolana, donde no existe ninguna capacidad de excedente, sino que, por el contrario, existe una capacidad deficitaria notable de producción, lo que va a hacer es a golpearla más todavía, de modo que las consecuencias para la actividad económica real van a ser bastante desfavorables en el corto plazo, si el gobierno no tuviere en cartera, como debería hacerlo, medidas adicionales para contrarrestar estos efectos.

También se usa para aumentar los ingresos fiscales, lo cual en Venezuela ha demostrado ser una ilusión pasajera por sus efectos perversos. Por el contrario, una devaluación produciría un dólar mas caro para el gobierno que afectaría con mucha fuerza su capacidad de pago al exterior por concepto de importaciones y servicio de la deuda, comprometiendo negativamente la inversión social, la cual ha sido privilegiada desde 1999, continuando en 2013 su tendencia al alza para ubicarse en 147.807,9 millones de bolívares, lo que representa 37,3% del Presupuesto Nacional».

La alternativa a la devaluación es la optimización de la recaudación tributaria, lo cual en definitiva es la misión del SENIAT. En un pais donde la evasión fiscal histórica está alrededor del 60%, que equivale a un 11.9% del PIB, muy cercano por cierto al porcentaje del déficit fiscal que se pretendería cubrir con la supuesta negada devaluación, resulta evidente que hay muchísima tela que cortar al respecto, empezando por la pésima recaudación recurrente del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y del Impuesto sobre la Renta (ISLR), los cuales representan aproximadamente un 80% de los ingresos tributarios no petroleros.

El presupuesto nacional presentado recientemente ante la Asamblea Nacional, expone que por la vía del IVA, el Tesoro Nacional percibirá unos 121.153,5 millones de bolívares, que representa un 30,6% del total del total de los ingresos, mientras que del Islr se prevé recaudar 54.000,7 millones de bolívares durante el ejercicio fiscal de 2013, equivalente al 13,6% del total de los ingresos proyectados en dicho presupuesto.

El IVA sigue teniendo mayor importancia que el ISLR en cuestión de aportes fiscales a pesar que en las premisas presentadas en el Proyecto de Ley del Presupuesto, “quienes perciban mayores ingresos, deben ser quienes aporten más al tesoro nacional”, pero aún no se perfilan cambios en las leyes tributarias respectivas para solucionar este problema. Por ello, respecto al caso de la recaudación del IVA, resulta imprescindible extremar las acciones de supervisión para que productores, importadores, empresarios y comerciantes facturen todas sus ventas usando las máquinas debidamente autorizadas, unica forma de recaudar este impuesto. Los supervisores y fiscales del SENIAT deben contrastar ventas contra los libros del inventario. Todo Bien o Producto que salga del inventario y no esté facturado debe ser investigado.

Respecto al ISLR, es indispensable afinar la recaudación y detección de los Contribuyentes Especiales.

Lamentablemente, estas actuaciones constituyen una fuente de corrupción importante que se debe tomar en cuenta muy seriamente, un cáncer que nuestra revolución no ha extirpado, aún.

Por una patria Socialista e Independiente, Viviremos y Venceremos!

(*) El Autor es Trabajador Jubilado del MPPCTI

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