Níkolas Stolpkin

 

Un pequeña introducción.

 

El presente siglo  está permitiendo ver un rotundo cambio en lo que se refiere a las Comunicaciones. Si el anterior siglo se caracterizó en que los individuos estaban únicamente como receptores pasivos de los Medios de Difusión Masiva, con mínimas posibilidades de participación, hoy el panorama ha cambiado.  Los receptores activos han entrado a escena.

 

El presente siglo en conjunto con el desarrollo de las comunicaciones ha permitido mayor participación de los receptores y creando mayores desafíos para los emisores dominantes.

 

El desarrollo de herramientas de comunicación, si bien hoy está tomada en su mayoría por receptores pasivos, producto quizá de costumbres culturales, ha permitido que grupos de receptores activos tomen dichas herramientas para fines muy diversos, pero que a su vez permiten el desarrollo de micro emisores desde una óptica receptora con flexibilidad de crecimiento.

 

Ahora al grano.

 

El Estado de Israel pareciera no haber entendido las lecciones que dejaron el haber incursionado militarmente en Gaza con la Operación “Plomo Fundido” (2008-2009) y el enorme rechazo mundial que ello produjo, principalmente por la pérdida de más de mil vidas humanas en su mayoría civiles palestinos. El mundo fue testigo de la utilización de  bombas de fósforo blanco en zonas densamente pobladas contra el pueblo palestino en Gaza, prohibido por los Convenios de Ginebra.

 

Y tal como la Operación “Plomo Fundido” la actual Operación “Pilar Defensivo” se han llevado a cabo ad portas de elecciones en Israel. Lo que hace preguntarse ¿es la manera que existe en Israel para que ciertos intereses puedan asegurar ciertas posiciones de poder en beneficio de políticas acordes a las que se han venido desarrollando desde la creación del Estado de Israel en 1948? ¿Esa es la manera o la fórmula para que esas políticas retrógradas puedan asegurar su lugar, metiendo miedo en la población israelí y así tener una respuesta favorable a sus intereses?

 

Desconocemos si verdaderamente Israel está tomando notas respecto a las operaciones militares en contra del pueblo palestino.

 

Israel debería entender de que la Opinión Pública a nivel internacional está cada vez más adentrándose en el tema del conflicto.

 

A Israel no le conviene que a nivel internacional haya una Opinión Pública informada sobre el conflicto histórico entre Israel y Palestina. Ello podría horadar la existencia misma de Israel.

 

Hay que tener muy en cuenta de que las circunstancias actuales en cuanto a las Comunicaciones y al enorme tránsito de información son muy distintas a las que teníamos antes de la llegada de Internet. Lo que no nos asegura, en todo caso, el que pueda cambiar en un futuro para el beneficio de algunas elites del Poder.

 

Israel se habrá de sepultar solita si insiste en actuar como si no tomara en cuenta el actual avance en las Comunicaciones y el fluir de la Información.

 

Cuando vemos seres corrientes tener básicos conocimientos con respecto a que Israel oficialmente nació en 1948, ya es un gran avance para saber que allí donde actualmente se encuentra Israel ya estaba Palestina. Y si comprende ese detalle, ya se podría entrar a comprender conceptos tales como “Ocupación Israelí” más que de “Territorios Ocupados”; “Sionismo” más que “Judaísmo”, etc.

 

Preocupante para Israel sería saber más sobre el Sionismo que no es lo mismo que el Judaísmo. Se suele confundir porque la influencia Sionista se ha encargado de igualarlo con el Judaísmo, a tal punto de que la mayor parte de los que profesan el Judaísmo, nos atreveríamos a afirmar, avalan el Sionismo al avalar la existencia misma de Israel. Y ello es uno de los mayores logros fundamentales del Sionismo junto con la creación del Estado de Israel.

 

Israel debería actualizar su discurso y no quedarse en un discurso que ya empieza a caerse en pedazos frente a una Opinión Pública mucho más informada con respecto al conflicto.

 

Israel debería dejar de poner sobre la mesa sus dos principales cartas, frente a cualquier crítica que se le haga: el “Holocausto” y los “Seis millones de Judíos”.

 

Usar dichas cartas para intentar justificar todos los atropellos hacia el pueblo palestino es una vergonzosa forma, manipuladora, de utilizar el sufrimiento y martirio de un pueblo que se vio expuesto a las atrocidades del nazismo alemán del siglo pasado.

 

Debemos darle la bienvenida al siglo de las Comunicaciones y no de las Incomunicaciones.

 

Si Israel no actualiza su discurso pronto, seremos testigos del ocaso de un Estado prepotente que nunca quiso adaptarse a un vecindario que nunca le dio su confianza porque éste nunca quiso dar la suya.

 

Níkolas Stolpkin

 

Analista político nacional e internacional – Political Analyst – Crítico de política y Cultura Contemporánea – AUTODIDACTA

 

stolpkin@gmail.com