Atilio Lamas
Difícilmente el Grupo Clarín que está asesorado por los principales centros de inteligencia de los Estados Unidos haya realizado una torpe denuncia contra periodistas afines al gobierno que desarrollan actividades en un programa de televisión del canal oficial llamado 6-7-8, sin dirigirse a su objetivo principal: mantener sus medios de comunicación y desestabilizar al gobierno de Cristina Kirchner.
Por supuesto que el resto de los grupos de comunicación opositores salieron en defensa de los periodistas acusados para no quedar pegados a la maniobra, que de tan burda, suena a maniobra de distracción.
Seguramente y a pocos días del 7D, nos esperan más acontecimientos extraños antes que los sectores opositores de todo pelaje lancen su zarpazo al gobierno, para generar una situación de no retorno en un ambiente político caldeado desde hace varias semanas, desde dentro y fuera del país.
El gobierno, que parece haber perdido sus reflejos políticos y se mueve solamente a través de los medios sin movilizaciones en la calle, parece estar además confiado en un triunfo, o simplemente se encuentro expectante y sin demasiadas variantes de ataque, sino más bien en un esquema a la defensiva, tanto en el escenario interno como el externo, donde ha recibido varios golpes demoledores que dañaron mediáticamente su imagen de gobernabilidad (una de las condiciones necesarias para del manual de golpes suaves y revoluciones de colores) socavada además por las movilizaciones callejeras y la huelga de sindicatos opositores (otra condición necesaria).
EL Grupo Clarín como vocero de los intereses económicos que detentan el poder real en la Argentina no pueden perder la pulseada mediática, pues se vería resentido todo el esquema de poder que viene gobernando la Argentina desde hace décadas, más allá de los resultados electorales y de los gobiernos democráticos, que no han querido despojar a los verdaderos dueños del poder de sus instrumentos de dominación y se han quedado en un discurso retórico de poca eficacia en la transformación de la realidad.
La distracción del fin de semana es el anuncio de nuevas arremetidas contra el gobierno de Cristina Fernández alejada de decisiones contundentes para beneficiar a sectores trabajadores y de clase media, quienes son los que definen los acontecimientos en un escenario de turbulencia política y económica como no se presentaba desde los días del enfrentamiento con «El Campo».
atilamas@hotmail.com
ver noticia sobre denuncia: http://www.telam.com.ar/nota/45188/