La protesta, que fue dispersada por la policía, apenas duró unos minutos, pero revela el grado de crispación que se vive en el país ibérico, que soporta un desempleo del 25% y el miércoles vivió una jornada de huelga general que terminó con violentos incidentes en Madrid y Barcelona.
Mientras tanto, la mayoría de los presidentes latinoamericanos, el rey Juan Carlos y el mandatario español Mariano Rajoy aterrizaron en Cádiz para asistir a la cumbre, en la que por primera vez en muchos años España se encuentra en una situación de debilidad económica frente a América Latina.
Se espera la presencia de todos los mandatarios salvo los de Argentina, Guatemala, Venezuela, Cuba, Uruguay y Paraguay.
Los cancilleres de los 23 países participantes se reunieron para negociar los últimos puntos de la declaración final, en la que se esperan abundantes menciones a la crisis.