Raúl Crespo
En política se conocen dos clases de elecciones directas e indirectas. En las primeras los ciudadanos eligen sin intermediarios, en las segundas conocidas también como pirámides se eligen un cuerpo de grandes electores que en una segunda y posterior elección designan al gobernante; en este tipo de elecciones los grandes electores se interponen entre el elector de base y el elegido.
En EEUU las elecciones son indirectas porque los ciudadanos eligen un cuerpo de grandes electores llamados compromisarios que cita la Constitución Federal en su artículo 2. Los votos de cada uno son enviados a Washington, el Congreso en sesión conjunta de las dos Cámaras realiza el escrutinio y proclama los resultados que cada candidato en la campaña ha exhibido como lista de grandes electores comprometidos de antemano a votar en favor del candidato de su partido.
Nuevamente Obama y Romney representan la involución del espíritu capitalista, capitalismo aventurero que atiende más el éxito político de la especulación irracional porque los lineamientos para los presidentes de EEUU ya están escritos, solo caben los estilos de gestión.
Benjamín Franklin, predico los principios de la cultura americana del que se mofa Ferdinand Kurnberger destilando veneno e ingenio presentado como artículo de fe del pueblo estadounidense, el espíritu del capitalismo que en la nota esta descrito todo cuanto debe entenderse por tal espíritu dice “de las vacas se hace manteca de los hombres dinero”.
Después de Benjamín Franklin, los huéspedes de la casa blanca llegan en calidad de hijos bastardos acomodando los gastos a los ingresos para pulverizar la economía doméstica a su vez acomodándola al lucro bélico y pacifico siempre orientadas para vivir del dinero de otros.
Las reglas del capitalismo estadounidense son dadas por las grandes corporaciones y por la industria militar que sostiene la política imperial de expansión permanente a cambio de conservar sus privilegios económicos.
En este contexto, republicanos como demócratas tienen un margen de maniobra limitado, incluso la FED, el banco central de EEUU es autónomo para la casa blanca no así para la mayoría del Congreso, en conjunto establecen las políticas económicas a seguir, pero, todos sin excepción apoyan seguir con el liderazgo mundial cuya diplomacia recae en el Departamento de Estado con la firma del presidente de EEUU.
Liderazgo de EEUU dado por el 50% del crecimiento global que viene de las naciones más desarrolladas lideradas por los 15.48 Billones del PIB estadounidense, en conjunto con Europa superan los 32 billones del PIB mundial o el 50% de la producción global que el mundo consume.
Sin embargo, el manejo del sistema global injusto e inequitativo evita que un enfoque más científico en la prestación de servicios ayude en la solución de la pobreza mundial que, sumado al poder imperial ha regado un sentimiento antinorteamericano de odio visceral en varias regiones del mundo. Es el presupuesto político que los inquilinos de la casa blanca heredan en materia de política exterior.
El largo brazo del imperio altero y daño la cultura de los pueblos despersonalizándola por el consumismo y por un estilo materialista de la vida que afecta al planeta, además, manipula con la tecnología los procesos económicos en los mercados, modelo globalizador de intereses del mercado imponen un nuevo orden mundial con enfrentamientos constantes tipo Libia, Siria, apoyados por la OTAN, ONU y, para las periferias del planeta el largo y poderoso brazo imperial sostiene la hegemonía.
Obama logro que el pentágono accediera retirar sus tropas de Irak para preparar la guerra contra Irán, no logro parar el pretexto bélico en Afganistán que le cuesta al contribuyente 2000 millones de dólares semanales por ser un país limítrofe con Irán a pesar que ya no está Osama Bin Laden.
En materia de política exterior hay varios pretextos con los cuales se puede seguir alimentando el complejo industrial militar, preocupaciones que llevan casi una década de preparación para ir contra Corea del Norte e Irán o su satélite Israel contra Irán, contra Líbano, Palestina, los cambios geopolíticos en Oriente Medio, Norte de África, Golfo Pérsico, Pacifico central en donde China ejerce preocupación por más de 6 años a Washington, por su poder económico ya traducido en crecimiento militar.
Lo que está en juego va más allá de la fragilidad de la economía mundial por la crisis de la euro zona o por el desempleo en los EEUU que no baja del 7.8% que afecta el desarrollo mundial y, la entrada a un conflicto de proporciones bíblicas si Obama o Romney no cesan en sus intenciones de conquistar el planeta deshaciéndose de Irán o Corea del Norte.
Estas nuevas guerras impuestas por el complejo militar industrial a la casa blanca sin importar cuál sea el ganador de las presidenciales no pueden ejecutarse solo con armas convencionales porque la respuesta no será nada convencional, así, el poder político de EEUU está en juego con Teherán y Pyongyang, si no logran doblegarlos.
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