Página12


2 de noviembre de 2012.- “Uno advierte realmente que se está ante una verdadera campaña anti Argentina, producto del éxito que tuvo nuestro patrón de acumulación”, aseguró ayer la presidenta Cristina Fernández de Kirchner durante un acto en Casa de Gobierno. La mandataria se refirió así a las críticas de fondos buitre y calificadoras de riesgo, con anuencia de actores locales. Aseguró que lo que se busca es que no se cumpla con los compromisos de deuda, con el objetivo de debilitar al país, en castigo por cambiar la lógica de acumulación económica. “El patrón de los noventa era hacer prevalecer lo financiero. Lo sustituimos por mercado interno, desarrollo industrial, valor agregado, administración del tipo de cambio y del comercio. Todo lo que nos han criticado puntualmente desde 2003”, afirmó. La Presidenta se refirió también a una de las herencias de esa década, los Tratados Bilaterales de Inversión (TBI): “Son prácticamente expoliatorios, antiargentinos (…) y además si uno los denuncia tienen como 15 o 20 años más de ultraactividad”.

 

Las presiones que recibió el país de varios exponentes del establishment financiero en las últimas semanas tuvieron como objetivo sumar incertidumbre, permitiéndoles sacar ventaja del desconcierto provocado. Las constantes presentaciones judiciales de los fondos buitre, las malas notas de las calificadoras de riesgo –las mismas que obviaron la crisis financiera internacional– y las críticas de algunos analistas y medios de comunicación locales dejan al descubierto el descontento de un sector ante el rechazo del Gobierno a seguir las clásicas recetas de ajuste. “Somos un mal ejemplo”, resumió la Presidenta desde el Salón de las Mujeres Argentinas del Bicentenario en la Casa de Gobierno, en que se entregó el DNI número veinte millones. En su discurso buscó dejar al descubierto ese tipo de intereses.

“¿Vieron que dicen que estamos aislados?”, preguntó con tono irónico la Presidenta sobre el inicio de su argumentación económica. Se refirió a las supuestas señales que el establishment pide para que el país se vuelva “atractivo”. “La remisión de utilidades es una muestra importante de las señales al mercado que hay que dar para que vengan a invertir. No estoy hablando de rentabilidad de compañías nacionales, estoy hablando de remisión de utilidades (de empresas extranjeras)”, puntualizó. Sobre la base de datos del Banco Central, informó que en los últimos nueve años giraron al exterior 41.093 millones de utilidades, lo que significa un promedio anual de 4566 millones. “Esto es 1,7 punto del PIB. Para que tengan una idea: el Plan de Asignación Universal por Hijo es 1,2 punto del PBI”, comparó.

En esa misma línea argumental, criticó entonces la nostalgia que muestra el establishment sobre las “famosas señales” de los noventa, “como los 59 tratados bilaterales de inversión”. “Mientras dábamos esas señales se producía el desmantelamiento de los organismos de control, la flexibilización laboral, en pos de la famosa seguridad jurídica”, enumeró. Como resultado, en ese período se remitieron 15.686 millones de dólares en utilidades. Según explicó, la diferencia no radica en las señales, sino en un patrón de acumulación que permite a las empresas obtener ganancias para repartir.

“El éxito que ha tenido nuestro patrón de acumulación –señaló– produce esta campaña anti Argentina”, en referencia a los ataques que recibe “desde adentro y desde afuera, principalmente de los organismos multilaterales”. “Les hablaba de la campaña anti Argentina, campaña que está llevada a cabo por los fondos buitre, que son los mismos que embargaron ilegalmente, contra toda convención y derecho internacional, la Fragata Libertad y también lo resuelto por la Cámara Federal de Apelaciones, de la ciudad de Nueva York, que raramente también saca un fallo, donde desconoce la propia legislación”, apuntó la jefa de Estado. Fue entonces cuando dio vuelta el argumento del establishment sobre la seguridad jurídica, criticando que no se asegure el derecho del 93 por ciento de los que ingresaron al canje, siendo que el país “se adaptó a su legislación (la estadounidense) para dar certeza y seguridad”. “La verdad es que cuando uno ve lo que pasó con la Fragata Libertad y con las decisiones de la Justicia de Nueva York, recomiendo como Presidenta, por favor, a todos los que tengan que reestructurar deuda, no vayan más a Nueva York. No cometan el error de ir a un Estado o a una Justicia que evidentemente desconoce su propia legislación”, sentenció.

Por último se refirió a las responsabilidades compartidas por los bancos extranjeros y empresarios que apostaron a que el país no iba a pagar. “¿Cuál es el negocio de los bancos? Es que no pagues, para que tengas que hacer revolving y entonces hacés la bicicleta financiera a la que estuvo sometida la Argentina desde 1976 hasta que vino (el ex presidente) Néstor Kirchner”, aseguró. Sumó en la crítica a empresarios que especulaban con que “se acabara la plata o con que no pudiera ser reelecta Presidenta de los argentinos”. “Porque saben que de esa manera se derrumban muchas cosas y ellos, unos muy poquitos, se llenan de oro y de plata a costa de la miseria de los argentinos. Por eso quieren quebrar”, argumentó.

En la explicación de la cadena de responsabilidades que comparten bancos y especuladores externos, junto a exponentes locales del establishment, hizo referencia a una nota publicada por este diario: “Son la quinta columna, como decían ayer en Página/12, alguien que desde adentro se juega para traicionar al país”, referenció la Presidenta.