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8 de Noviembre de 2012.- En entrevista exclusiva concedida a RT, el presidente sirio Bashar Al Assad, de 47 años, dijo: «No soy un títere de Occidente para irme a occidente o a algún otro lugar. Yo soy sirio, me crié en Siria, y debo vivir y morir en Siria».
Extractos de la entrevista en inglés, fueron publicadas en el canal de televisión del sitio web hoy, con doblaje al árabe. La entrevista completa será publicada en RT este viernes.
Al Assad también advirtió contra una intervención militar extranjera.
«Creo que el precio de una intervención, si llegase a suceder, sería inaccesible para el mundo. Siria es el último bastión del laicismo, la estabilidad y la convivencia pacífica en la región. Si en Siria se inician problemas, se generaría una reacción en cadena que afectará a todos los países, desde el Atlántico hasta el Pacífico y al mundo entero», afirmó Al Assad. «Así que no creo que Occidente elegirá este camino. Sin embargo, si esto llegara a ocurrir, nadie puede predecir lo que sucedería a continuación».
Esta es la respuesta de Al Assad al Reino Unido (David Cameron). La misma se produce dos días después de que Cameron sugiriera que a Assad se le podía permitir una salida segura del país que garantice el fin de la guerra civil.
Cameron pidió ayer a los EE.UU., «hacer más para darle forma a la oposición siria y transformarla en una fuerza coherente», diciendo que la reelección del presidente Barack Obama «es una oportunidad para que el mundo tome medidas más enérgicas para poner fin a la estancada guerra civil en Siria». La misma se produce dos días después de que Cameron sugiriera que a Assad se le podía permitir una salida segura del país que garantice el fin de la guerra civil.
Cameron dijo que él y el reelegido presidente Barack Obama tendrán en cuenta las opciones militares para «derrocar al dictador Bashar Al Assad».
Cameron dijo que él y Obama acelerarían el fin del régimen de Al Assad y que esa era una prioridad, cuando fue recibido con aplausos por jovencitas en el campamento de refugiados de Za’atari, situado en Jordania, que alberga unos 20.000 sirios que han huido de su país.
A principios de su visita a la zona fronteriza donde se dice que 500 refugiados la cruzan diariamente, Cameron dijo: «Una de las primeras cosas que quiero hablar con Barack Obama es que tenemos que hacer más para tratar de resolver esta crisis».
También se le ha dicho a funcionarios de la Oficina del Gabinete que examinen cómo Gran Bretaña podría lograr con la Unión Europea un embargo de armas a Siria para canalizar armas directamente a los combatientes de la oposición.
No se han «descartado» zonas de exclusión aérea impuestas por la Royal Air Force y ataques directos occidentales. Esas opciones se discutirán cuando Cameron presida una reunión del Consejo Nacional de Seguridad sobre Siria la próxima semana.
También están previstas negociaciones diplomáticas entre el enviado especial del Reino Unido a la oposición siria, John Wilkes, y los jefes militares rebeldes en un esfuerzo por «ayudar a dar forma a la oposición», dijo Cameron.
Cameron, quien cierra hoy una gira de tres días en el Medio Oriente, dijo: «Yo quería escuchar por mí mismo las historias de las personas que han sido víctimas de bombardeos y disparos que les hicieron dejar sus hogares en Siria».
Así mismo criticó al «régimen ilegítimo y profundamente desagradable que está lloviendo muerte y destrucción sobre su propio pueblo» y expresó que era «verdaderamente horrible escuchar esas historias».
Cameron agregó: «Esto simplemente redobla mi determinación de que ahora, con un presidente estadounidense electo, tenemos que hacer más para ayudar a esta parte del mundo, para ayudar a Siria a lograr la transición».
Por su parte el canciller ruso, Sergey Lavrov, dijo en declaraciones publicadas en el sitio web de su ministerio este jueves, que Moscú no apoyará ninguna resolución que amenace al régimen sirio con sanciones y criticó a Occidente por apoyar a la oposición siria, diciendo que las potencias extranjeras deberían tratar de obligar a ambas partes a que cesen los combates.
«Si su prioridad es, en sentido figurado, la cabeza de Assad, los partidarios de este enfoque deberían darse cuenta de que el precio sería la vida de los sirios, no sus propias vidas», dijo Lavrov. «Bashar Al Assad no se va para ninguna parte y nunca se irá, independientemente de lo que digan, él no puede ser persuadido a dar ese paso».