Antonio Romano
El gran laboratorio de psicología de masas estructurado por el Grupo Clarín con el asesoramiento de la CIA, tuvo su escenario de materialización el pasado 7 de noviembre, cuando sectores urbanos minoritarios de los sectores de ingresos ABC fueron manipulados por los medios y las redes sociales (facebook y twitter) para volcarse a las calles de las ciudades donde el gobierno nacional y el peronismo en general no obtiene buenos resultados electorales desde la década de los 50.
El grupo Clarín es el medio de mayor penetración en la conciencia de estos sectores que si bien se encuentran de manera relativa y absoluta en mejor situación que en el año 2001- año en que el gobierno votado por ellos mismos los sumió en una crisis colosal (corralito, corralón, desempleo), hoy sin embargo se sienten abandonados y frustrados por ese mismo sector político que los llevó a la derrota en octubre pasado, cuando la presidenta Cristina Kirchner arrasó con el 54% de los votos y con una diferencia respeto del resto de la oposición de 40 puntos porcentuales.
El sentimiento de frustración y rabia fue manipulado por el brazo de los intereses económicos transnacionales en la Argentina, quien marca el discurso opositor a través de la TV, la radio, los diarios, internet y las redes sociales para fogonear una ficción que solamente responde a sentimientos racistas, xenófobos, egoístas y colonizantes: un ideario decadente expresado por la derecha internacional y sus terminales regionales y locales.
Así, el 8N abre paso al día más esperado por el gobierno y el Grupo Clarín en el que se develará la posesión del verdadero poder que ostenta cada uno de los bandos en esta guerra de V generación desatada por las oligarquías económico-financieras que mueven a una pequeña porción de la población a protestar por supuestas faltas de libertad de expresión, libre cambio de moneda extranjera y una poco probable reelección presidencial.
El guión escrito en Washington y aplicado en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Argentina, Nicaragua o Cuba es una burda representa un plan golpista de nuevas modalidades que difícilmente triunfe cuando un verdadero pueblo movilizado responda para defender las conquistas logradas y el bienestar adquirido en la lucha contra el monstruo mundial del capitalismo que amenaza hundir a buena parte de la humanidad en una crisis civilizatoria de magnitud aún desconocida.