Sebastián Albornóz

 

Soy de los que creen que realmente la compañera presidenta Cristina (un lujo de presidenta que tenemos) está rodeada de muchos funcionarios que no solamente no aportan ideas para la buena gestión del gobierno, sino que más bien contribuyen a generar errores que luego son aprovechados por la destructiva maquinaria mediática de Clarín y asociados, para desprestigiar a la Presidenta.

 

Desde el arrasador triunfo electoral de hace casi un año, se han venido sucediendo un sinnúmero de decisiones que siempre iban detrás de los acontecimientos consumados, sin que los Ministros y demás subalternos funcionarios y asesores gubernamentales, se anticiparan con el suficiente tiempo para tomar medidas “predictivas” y no operar luego de la falla.

 

Así es que llegamos a la importación de combustibles, la falta de nafta y diesel, la fuga de capitales, las restricciones de moneda extranjera, la devaluación encubierta del peso, la movida de Gendarmería y Prefectura y hasta la confiscación de la Fragata Libertad, solo por mencionar los acontecimientos que fueron blanco predilecto del monopolio y sus secuaces.

 

Estas desprolijidades llevan a la pérdida de tiempo y energía de la presidenta, que debe preocuparse como estadista de buscar las mejores soluciones a los problemas creados por 40 años de neoliberalismo ultrasalvaje aplicado a la sociedad argentina digamos desde 1955 a la fecha, con algunos interregnos nacionales y populares.

 

Muy probablemente, la complejidad de la nueva guerra ideológica planteada por los grandes monopolios económicos, financieros y comunicacionales, requieran de un nuevos mecanismos de toma de decisiones que involucre nuevos actores a sumar a los funcionarios de gobierno con cargos.

 

En este sentido propongo crear un Consejo Popular de Gobierno, Ad Honorem, que se integre de representantes de los barrios más humildes de localidades del país para que desde sus saberes populares ayuden a la presidenta a dar respuestas que desde los despachos ministeriales difícilmente puedan resolverse, aun aplicando modelos de simulación computacionales.

 

Asimismo considero prudente evitar también la opinión interesada de los líderes de organizaciones sociales, quienes por intereses de orga han perdido la claridad que solían tener cuando tiraban piedras y han engordado lo suficiente como para tener ideas que sirvan a la solución de las aún angustiantes situaciones que se viven en lo cotidiano de nuestra bendita Patria Argentina.

 

Ayudemos a Cristina

 

sebalbornoz@hotmail.com