Felipe Serafini
Mucho se han empleado los términos de Poder Popular y Economía Social en un sinnúmero de proyectos, programas y hasta en el nombre de Ministerios u organismos del Estado que los utilizaron como cliché para el clientelismo asistencial y el márketing político.
Sin embargo esta manipulación de los poderes endógenos enquistados en las burocracias parasitarias no deben impedir referirnos a estos conceptos que son en realidad poderosos instrumentos de la economía real al servicio del pueblo.
La economía social entendida como la creación de riqueza en pos del beneficio colectivo de las comunidades, consecuencia del trabajo digno (libre de explotación capitalista) es la esencia de la construcción de un nuevo (diferente o alternativo) sistema económico y social que debe instaurarse ante el estrepitoso fracaso del capitalismo global y sus versiones locales pos-keynesianas o pseudo socialistas que, desde varios gobiernos de nuestra querida Patria Grande se nos quiere vender como el tránsito a un socialismo abstracto sin teoría ni prácticas revolucionarias.
La producción, distribución y comercialización de bienes de uso en un ambiente económico socialista (complementario, no competitivo y solidario en la práctica) deberá ser el pivot sobre el que giren el resto de los componentes de la cadena de valor que lleve a un precio o valor adecuado basado en unidades de trabajo real necesarias para el consumo (socialista) de un bien o un servicio básico para el desarrollo de una vida honrada dentro de nuevos parámetros de convivencia.
Los espacios comunales y las comunidades organizadas son el ámbito propicio para la creación de territorios socialistas libres de explotación capitalista que incluyan aplicación de saberes y conocimientos autóctonos y aquellos que deban incorporarse por transferencia desde otras comunas o articuladas de forma complementaria desde centros de conocimientos Estatales tanto nacionales como extranjeros, que se intercambien de forma consciente y desprovista de todo signo de mecanismo mercantil de propiedad intelectual, patentes o know-how amparados en tratados internacionales o leyes locales del capitalismo global.
El desarrollo de las nuevas comunas debe ser el resultado del empuje de sus integrantes y voceros electos democráticamente y sin cooptación de las alcaldías, consejos comunales o ministerios que intenten apropiarse de las fuerzas sociales del poder popular en su avance hacia nuevas formas organizativas de sociedades igualitarias en el marco del ingreso de Venezuela al MERCOSUR, donde las fortalezas y amenazas que el nuevo bloque regional presenta están aun siendo evaluadas por los equipos técnicos de todos los países del bloque.
Así, las comunidades organizadas, con el aporte de técnicos e intelectuales comprometidos con la emancipación de las personas de carne y hueso, y en la construcción de una forma superior de vida con la potencia del trabajo digno, creativo y liberador de formas mentales de dominación, serán la resultante de una Economía Social para el pueblo más necesitado de nuestra patria que espera por un socialismo que de respuestas a lo que el capitalismo de estos 14 años nos ha negado en tierras de Bolivar.