«En lugar de arrestar a los ladrones y a los ministros que violan la ley, quieren detener la verdad», dijo Kostas Vaxevanis en su cuenta de Twitter ayer por la noche. La lista forma parte de una importante cantidad de documentación dados a conocer por un empleado del banco HSBC en Suiza, que ha supuesto un escándalo casi interminable. Parte de la misma fue enviada al Gobierno griego en 2010 por Lagarde, actual jefa del FMI.
El ministro de Finanzas griego de entonces, George Papaconstantinou, afirmó precisamente este último miércoles en el Parlamento griego que no sabía qué había pasado con la versión original de lista Lagarde. Ese mismo día, el actual ministro de Finanzas, Yannis Stournaras, informó de que ha pedido a Francia que envíe una nueva copia.
El nuevo Gobierno de coalición elegido en los comicios del pasado junio excluyó inicialmente la posibilidad de utilizar documentos obtenidos de forma ilegal para luchar contra el fraude fiscal, aunque las graves protestas de la calle -que acusa a los gobernantes de protejer a los ricos y poderosos- le ha hecho cambiar de idea.