Jesús Dávila
Alainet

El crecimiento de la maquinaria electoral del Partido Independentista Puertorriqueño se está combinando con el entusiasmo de los nuevos partidos pequeños mientras se ha deteriorado la capacidad de convocatoria de los líderes máximos pro Estados Unidos y las agencias estadounidenses incrementan el recogido de información de inteligencia.

Tal es el cuadro a menos de 70 días de que la población de esta nación isleña del noreste del Caribe acuda a las urnas para, por primera vez, votar sobre si consciente o rechaza formalmente su condición de colonia de EEUU, evento que podría tener efectos aún no medidos en los demás territorios coloniales que quedan en el archipiélago de las Antillas.

Buena parte de la información disponible para el análisis surge del intento fallido del 19 de agosto, en el que los presidentes del oficialista Partido Nuevo Progresista y del opositor Partido Popular Democrático trataron de convencer al país de renunciar al derecho absoluto a la fianza y de aceptar una legislatura más pequeña y de más difícil acceso para los sectores minoritarios. Apenas el 15,7 por ciento de los electores inscritos votaron SÍ, lo que sirvió para ganar en sólo 14 municipios mientras prácticamente todo el país fue arropado por el NO.

Pero el triunfo extendido del NO fue con la participación de apenas 19,2 por ciento de los electores inscritos, mientras la inmensa mayoría del pueblo permaneció neutral a la contienda. Contrario a las participaciones masivas típica de ese tipo de consulta durante el siglo XX, las dos consultas del nuevo siglo han tenido la característica de la participación baja, con 22 por ciento en la de 2005 sobre el sistema unicameral y 35, 4 en la más reciente.

El voto NO se concentró en el área metropolitana, donde obtuvo el 55,6 por ciento de todos sus sufragios, que sumaron poco más de 443.000, cantidad muy similar a la obtenida en 2005, cuando los proponentes del sistema de una sola cámara lograron 456.257, pero de los cuales sólo el 32,7 por ciento se provino del área metropolitana. Esa conversión del área metropolitana en reducto de movilización liberal también tuvo su componente de clase social, pues aunque el voto NO ganaba por prácticamente todos lados, en vecindarios de clase media alta se registró participación de hasta casi 60 por ciento, mientras en proyectos de vivienda pública para pobres –aquí conocidos como “caseríos”- la participación llegó a ser tan baja como 21 y 19 por ciento.

Todo apunta a un debilitamiento general del sistema de participación democrática, de la institucionalidad política y del alcance de las instituciones en general. La situación es cónsona con la tendencia a bajar en la participación electoral, que en los comicios generales de 1992 fue de 84,5 de los votantes, en 1996 bajó a 82,7, en el año 2000 de 82,2, en 2004 siguió bajando a 81,6 y en 2008, 79,05.

Para el PIP, la consulta sirvió a los fines de organizar su ejército electoral y logró enviar cerca de 2.000 voluntarios a cubrir casi todas las mesas de votación de los pueblos pequeños del interior y las costas, además asignar 1.000 o más a las ciudades y así llegó a poder cubrir cerca del 85 por ciento de las mesas en San Juan. De esa forma, la pequeña aunque influyente formación partidaria, ya tiene más funcionarios de los que tuvo para los comicios generales de 2008 y todavía le quedan meses para reforzar sus tropas.

Cuando el PIP perdió el caso en el Tribunal Supremo para detener el referéndum, su candidato a Gobernador Juan Dalmau, proclamó “ahora le toca al pueblo”, pero entonces pocos se sentían seguros de tal llamado. Luego de la victoria, el presidente del PIP, Rubén Berríos, dijo que en noviembre se producirá “la alianza de las alianzas”, esta vez porque los votos para quitar el consentimiento a la colonia vendrán de los sectores más diversos.

Pero el alineamiento de las fuerzas está cambiando rápidamente.

Para el voto NO, se produjo una alianza de hecho, a ratos un tanto incómoda, entre el PIP y los partidos emergentes –el Partido del Pueblo Trabajador, el Movimiento Unión Soberanista y Puertorriqueños Por Puerto Rico- líderes importantes del partido autonomista, la jefatura de las iglesias católica y protestantes, el Movimiento Socialista Popular, el Frente Socialista, la Organización Socialista Internacional y toda una gama de grupos sociales y gremiales. Fue una campaña con gran despliegue de creatividad mientras el partido oficialista gastaba millones de dólares en publicidad por el SÍ.

Para la consulta de noviembre, que coincide con las elecciones generales, la jefatura del PNP pedirá el voto NO a la colonia y a favor de la estadidad mientras el PPD quiere el voto SÍ y abstención sobre las alternativas, el grupo ALAS irá por el NO en la primera y “Estado Libre Asociado Soberano”, mientras el PIP quiere NO a la colonia y a favor de la independencia. De los partidos emergentes y los grupos de izquierda, el MUS promueve la abstención y todavía no está claro el resto del panorama.

Por parte de EEUU, el papel más visible lo juegan las agencias de inteligencia y sus contratistas, en donde también hay presencia significativa puertorriqueña. En el aeropuerto internacional ya es rutina confiscar información escrita y electrónica a izquierdistas, como fue el caso de la detención reciente de militantes del Partido Nacionalista y el Frente Socialista, que fueron interrogados por varias horas.

Mientras tanto, el contratista de seguridad e inteligencia MVM, empresa fundada por un puertorriqueño de New Jersey descendiente de una familia de Mayagüez, está reclutando traductores en Puerto Rico.

Para completar el cuadro con los tintes del realismo mágico de la literatura que nunca faltan en Puerto Rico, el activista ambiental Alberto de Jesús, conocido como Tito Kayak, anunció la reanudación de su “travesía admirable” por las islas del Caribe en reclamo de la excarcelación de Oscar López Rivera, que había tenido que interrumpir por el fallecimiento de su padre. López Rivera lleva más de 30 años preso por vínculos con las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, formación armada que el Buró Federal de Investigaciones insiste que sigue operando en combinación con el Ejército Popular Boricua-Macheteros.