Esta es la segunda parte de mi serie de artículos sobre este tema y se basa en mis experiencias desde hace año y medio aquí en Venezuela. En mi condición de comunista y entendiendo los sistemas de violencia estatal, soy sumamente sensible en mi percepción de estos organismos.
En lo que va de mi tiempo en Venezuela he llegado a desarrollar una sensibilidad profunda por el pueblo venezolano. Amo a estos seres humanos, su espontaneidad, su amabilidad, su sentir colectivo, su manera sencilla de vivir la vida, su sinceridad y franqueza. Sobre todo, el que estén abiertos con respecto a cuestiones políticas, su alto grado de desarrollo en cuanto a la percepción de injusticias y su disposición pronunciada a experimentar.
Al mismo tiempo puedo decir que rechazo contundentemente el capitalismo salvaje todavía tan anclado en este país, la suciedad y la basura en todas partes, esta estructura deficiente de suministro de agua, electricidad y comunicación, este burocratismo avanzado y esta ignorancia y arrogancia estúpida de parte de organismos de seguridad como la policía y la Guardia Nacional Bolivariana.
Con ello he llegado al tema. En mi tiempo aquí en Venezuela se me ha robado tres veces y se me ha golpeado una vez. Pero no fueron en ningún momento personas civiles. Viajo bastante, día y noche, preferiblemente caminando a pie, o ando en bus o buseta. Y siempre estoy allá dónde vive la gente común y corriente, en los barrios, en las zonas humildes de las ciudades, en las aldeas o en el campo, quiere decir, en aquellas zonas supuestamente peligrosas. Esta habladuría de carencia de seguridad es una gigantesca mentira y mera propaganda de las camarillas reaccionarias en este país y aquellos organismos que fundamentan su ‘legitimidad’ en esta mentira.
Me robó la policía en Santa Elena de Uairen, la GNB en Ikabaru y la policía de Mérida. Fui golpeado por la GNB en Paraitepuy entre Santa Elena e Ikabaru. De ahí sé, dónde es que se encuentra la escoria criminal en verdad.
Toda la gente confirma mis percepciones y lo único que dicen es, que antes del gobierno de Hugo Chávez la cosa era aún peor. Puede que esto sea verdad, pero para mí esto no es lo que está en discusión, ni tampoco pienso que puede ser tolerado bajo ningún concepto.
Vi y veo que el comportamiento de la policía y GNB apunta inequívocamente hacia un ejército privado de las ricas élites criminales. Por la misma razón de estar viajando mucho, utilizando los mismos sistemas de transporte como la mayoría de los venezolanos, puedo constatar de primera mano cómo son tratados. Cuando las busetas llegan a un punto de control, los pasajeros tienen que bajarse de la unidad, vaciar completamente sus bolsos, calarse el trato grosero y destemplado, someterse a menudos a unas requisas indignantes, tienen que quitarse la ropa, el contenido de sus bolsos es tirado sin consideración y sus papeles revisados y dejados en total desorden. La gente tiene que estar atenta para que no les roben sus pertenencias y los extranjeros deben tener cuidado que no les metan bolsitas con marihuana o cocaína para luego ‘pescarlos’.
En los puntos de control siempre pongo mucha atención cómo se les examina a los demás vehículos. Así me di cuenta que los ricos, con sus costosos tanques suburbanos y sus vidrios ahumados, nunca son revisados. Ellos sí pueden transportar lo que les de la soberana gana. Se les hace pasar con acatamiento y respeto. Los gestos y la postura de los funcionarios policiales revelan cómo se derritan en reverencia. Son sus ídolos, los que están pasando la alcabala. Y más que uno quisiera estar dentro de estas carrozas lujosas, made en USA.
De Carlos Marx aprendimos que ‘el ser determina la conciencia’. La policía y la GNB llevan una existencia altamente parasitaria, improductiva, están aburridos todo el santo día y siempre están en búsqueda de una ocasión para descargar sus complejos de inferioridad en contra de una víctima inocente.
Se vuelcan sobre los más débiles quienes no tienen la plata para como pagar a un costoso abogado. Hacia dentro, los funcionarios de la policía y Guardia están sometidos a un proceso de destrucción rigurosa de su autoestima y dignidad personal. Así es como no les queda otra que ventilar sus agresiones hacia fuera. Son acondicionados para disolver su propia facultad de juicio y para adoptar una obediencia estúpida, sin sentido.
Tienen mucho tiempo por malgastar. ¡Cuánto desperdicio y destrucción de facultades y posibilidades humanas! ‘Perros guardianes’ se les llama en Alemania. Todo el ejército estadounidense está basado en el rompimiento de la autonomía y la facultad propia de juicio de sus miembros. También todas las organizaciones militares de corte fascista han desarrollado estos principios fundamentales.
En la policía y la GNB no existe ningún sentido de responsabilidad por Venezuela y su gente, ni mucho menos por los asuntos locales y las tareas que se nos anteponen y nos retan a desarrollar buenas condiciones de vida para todos, sin privilegios para nadie. Sólo se sienten responsables ante sí mismos y sus estructuras de mando. No forman parte del movimiento comunal en camino a la autogestión local. Su orientación se enfoca exclusivamente en los flujos de dinero, sin jamás participar activamente en el proceso de producción de nuestras bases materiales de vida. De esta situación se deriva necesariamente su orientación en flujos de dinero adicionales y siempre encuentran una manera manipuladora de organizarlos.
A menudos no puedo reprocharles a estos jóvenes funcionarios ser quienes son y comportarse de manera como lo hacen. Sin embargo, tampoco puedo tolerarlos y aceptarlos así nada más. Su comportamiento es el resultado consciente de su organización. A la gente común y trabajadora se le declara, sin excepción, unos potenciales criminales y se le convierte así en objetos para el libre desenvolvimiento de vejaciones y depreciaciones. Uno de los principios importantes que opera aquí es el desacoplamiento social de estas organizaciones criminales de cuartel. Sus miembros son desprendidos de sus estructuras sociales lo que acarrea la pérdida de su sentido de responsabilidad social, y es así como son ‘liberados’ para poder ser sometidos a un acondicionamiento forzoso, finiquitado por las presiones y la dinámica interna grupal.
Esto es todo menos un espacio para la auto-reflexión crítica, incluso si ésta les fuese sugerida desde afuera. Las fuerzas conservadoras sofocan cualquier chispa de pensamiento auto-crítico. Juzgado por su accionar en la sociedad son organizaciones que operan en contra del Poder Popular y a favor del control de la población. Su supuesta comprensión de la Revolución Bolivariana es más bien espectáculo y no tiene fundamentos, dada su actitud hostil hacia la población humilde. Son entrenados para controlar a la gente.
No se puede esperar ayuda ni apoyo de ellos.
En mis conversaciones con ellos, cuando me apresaron en Ikabaru y me relegaron de la parte occidental de la Gran Sabana, pude ver su incomprensión en cuanto al movimiento comunal como parte de la Revolución Bolivariana. No logran comprender y palpitar los procesos de transformación en marcha; carecen totalmente de instrumentos y métodos para entender los procesos sociales y sus condiciones. Su comprensión de la historia latinoamericana y de sus estructuras de poder e intereses se reduce a símbolos y apariencias, sin entender el contenido.
Me robaron en Santa Elena cuando, de noche, me dirigí a la policía para buscar apoyo. Se me había olvidado mi cámara en un cibercafé y cinco minutos más tarde, cuando regresé, ya no estaba ahí. Como sólo había tres personas en el cibercafé, pensé que sería cosa fácil para la policía de determinar qué fue lo que pasó. Lo que pasa es que no tenían interés en la cámara, sino en mi dinero. Miembros de la Misión Agro-Venezuela, quienes me asistieron, llamaron a una señora de un ministerio de otro Estado para servir de traductora y ella manifestó su espanto de cómo era posible que se me había ocurrido pedirle ayuda a la policía. Según su opinión, la policía es criminal y me manifestó que ella jamás en la vida buscaría ayuda de la policía, ya que uno mismo terminaría siendo robado por ellos.
Estuve en Ikabaru para apoyar a los Consejos Comunales y ayudarles de construir un infocentro y una casa comunal con instalaciones para la comunidad. Resulta que en Ikabaru reina una pequeña y mafiosa casta capitalista en el entorno de la señora Saida, coordinadora del PSUV que es su apéndice, la directora de la escuela, el dueño de una oficina de hipismo y de un cibercafé privado, y el capitán del destacamento militar ‘Simón Bolívar’. Se trata de conservar las minas ilegales, a las cuales se le suministra mercurio bajo la protección de la GNB y las que, a su vez y por grupos de 10 personas, tienen que suministrarle a la GNB 300 gramos de oro mensuales. Cumplido el trato, pueden hacer lo que les de la gana. Además, ahí existe una cooperativa que, bajo la protección de la GNB, organiza el contrabando de gasolina y gasoil.
Ya que me opuse por supuesto en público a estas operaciones criminales, me convertí en un estorbo. Después de que la jefe de la aldea, Saida, había rodado una mentira según la cual yo habría apretado la garganta de un niño, invité la gente de Ikabaru a una reunión pública con los niños en la escuela. A la señora Saida la exhorté personalmente y frente a un numeroso grupo de personas a presentarse en esta reunión junto con el Guardia Nacional que supuestamente me había visto maltratar el chico. La mañana siguiente me apresaron en la escuela y me deportaron. En Paraitepuy se me prohibió volver a pisar la parte occidental de la Gran Sabana.
Hablé con el segundo jefe de la GNB en Santa Elena, un mayor, quien me confirmó que legalmente no había ningún caso en contra de mi persona y que me podía trasladar libremente en cualquier momento a cualquier lugar. Así lo hice. En la alcabala de Paraitepuy me bajaron del carro y me impidieron seguir mi camino. Y esto no obstante que el mayor me había confirmado expresamente mi derecho al libre tránsito. Después de un tiempo se acercó un carro que manejaba en dirección hacia Santa Elena. Del carro salió un sargento y me ordenó que me fuera de Santa Elena. Dije que no. Me abordó desde atrás, golpeándome. Me levanté y le dije que era un criminal. Vi que otro joven Guardia Nacional salió del puesto con un palo de hierro de 2 metros. El conductor del carro que me había llevado, me instó a entrar al carro.
Al Coronel Sayago, de la dirección de la GNB en Santa Elena, no le interesó para nada este tipo de comportamiento. No lo consideró importante. Más importante que el comportamiento criminal de sus miembros era la obligación de auto-conservar el grupo. En realidad, no se trata de mí en mi calidad de extranjero, sino de los mismos venezolanos, ya que vi y veo que también los venezolanos reciben este tipo de trato. Quizás no en una medida tan extrema ya que nunca dicen que no.
En Mérida, una mañana en la que estaba en camino a la ULA para una cita con el decano de una facultad tecnológica, un policía me paró y me llevó a un hospital cercano, para realizarme un registro corporal. Allá se me colocaron esposas porque me rehusé quitarme la ropa. Otro policía llegó como refuerzo.
En el procedimiento se me robó mi navaja multi-funcional.
En todos estos casos hice una denuncia. Sólo en Mérida se me entregó un copia, después de seguir insistiendo por mucho tiempo. No se me entregó copia del acta. En Santa Elena tanto la GNB como el Ministerio Público me explicaron, que no tenía derecho a una copia de mis propias declaraciones.
Esto constituye una clara infracción de la ley en Venezuela. Más abajo anexo mi denuncia del caso de Mérida.
Tanto a raíz de mis observaciones como también de mi experiencia inmediata puedo decir que las organizaciones de violencia como la policía y la GNB no son otra cosa que organizaciones de terror en contra de la población para impedir el funcionamiento del Poder Popular. Como instituciones prestadoras de servicios para la población no sólo no sirven, sino que impiden la auto-organización. Sirven a los intereses de las élites adineradas y criminales. Se fijan en los flujos de dinero y no son capaces de desarrollar ningún tipo de responsabilidad para aquellos que son su sustento de vida.
Sus ‘visiones’ y ‘sueños’ se orientan en la riqueza individual para dejar que otros trabajen para ellos cual esclavos. Se exponen al maltrato de su propia organización y anhelan, posteriormente poder maltratar a los demás.
Como fuerzas de seguridad son totalmente inútiles, ya que todo y todos están a la venta. Personas con emergencias no pueden contar ni con la policía, ni con la GNB. Al contrario, muchos me han contado que las pandillas nocturnas reclutan a sus miembros preferiblemente de la policía y la GNB o son apoyados por estos con pagos de dinero.
La gente siente de alguna manera que necesita una policía que, al producirse una emergencia, está a su orden de inmediato. Pero esto lo que hay, nadie lo necesita. La única alternativa es una milicia revolucionaria, basada en el control obrero y bajo administración comunal. Con miembros provenientes del mismo entorno social quienes sienten y toman responsabilidad por el bienestar de la gente y quienes se nutren de la responsabilidad de la comuna por su propio bienestar. Esta milicia sólo puede ser conformada de personas que realmente comprenden los procesos sociales y que son portadores de estos. Requieren un alto nivel técnico en teoría y práxis y por ello forman parte de la construcción de infraestructuras tecnológicas. Sólo con base en la integración al proceso de transformación bolivariano puede surgir una milicia con un alto grado de responsabilidad e identificación propia con el movimiento comunal, y como tal desarrollar su plena eficacia.
willi uebelherr, wube@gmx.net, 08.09.2012
REDES Comunales Merida
www.redescomunalesmerida.wordpress.com
redescomunalesmerida@gmail.com
Apéndice: Denuncia Merida
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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
FISCALIA DECIMA TECERA DEL MINISTERIO PUBLICO CON COMPETENCIA EN PROTECCIÓN EN DERECHOS FUNDAMENTALES CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL ESTADO MERIDA
DENUNCIA
En el día de hoy, doce (12) de Junio 2012, siendo las 04:00 p.m. se presentó ante este Despacho Fiscal, el ciudadano UBELHERR WILHELM JOSEF, ( Datos de reserva del Ministerio Público) con la finalidad de formular denuncia a la cual se le asigno N° 14- DPDF-F13-0102-2012 y expuso: » Siendo las 07:20 horas de la mañana yo subía a la ULA, por la avenida las América frente al Hospital Sor Juana Inés de la Cruz, cuando fue interceptado por un policía quien me ordeno detenerme de una manera nada amigable, el me pido el pasaporte y yo se lo entregue y me dijo que tenia que acompañarlo al hospital, yo le dije que no me podía detener porque tenia una reunión en la ULA, y es aquí cuando el funcionario me ordena que lo acompañe al hospital, me mete al hospital, y me pasa por una sala de espera donde habían pacientes y me lleva a un rincón, adyacente a una oficinas, el funcionario me ordena que me quite toda la ropa, diciéndole que me puede revisar y que puede revisar el bolso pero que no me voy a quitar la ropa, y le dije que eso es imposible que esto suceda en Venezuela de quitarle la ropa a alguien y que eso no va acorde a derecho y que es una falta de respeto a las personas, y el funcionario me golpeo la cabeza con la antena del radio, tres veces, y le dije que él era un criminal no un policía, agarro mi morral y coloco todas las cosas que estaban dentro del morral sobre una mesa donde había un teléfono, dentro de las cosas que estaban dentro del morral el funcionario encontró una multi herramienta, y me dijo que eso era ilegal en Venezuela, y le respondí que eso no era un arma era una herramienta, el funcionario termino de requisar y recogí todas mis cosas y me las metí nuevamente al morral, luego el funcionario me volvió a decir que me quitara toda la ropa, y le dije no acepto y el funcionario llamó por radio a otros funcionarios a los dos minutos llegó otro funcionario y me empujo y forcejeamos y me ordena que me quitara la ropa de manera agresiva e insistí que no lo iba hacer luego me sometieron y me esposaron con las manos hacia la espalda, y los funcionarios procedieron a desvestirme y me quitaron todas la ropa dejándome desnudo y me decían que me agachara pero como me negué me sometieron y me hicieron agacharme pateándome en las corvas, luego de eso me subieron los pantalones y por segunda vez me revisaron el morral y volvieron a colocar todo lo que estaba dentro de morral sobre la mesa donde estaba el teléfono, me tenían de espalda a la mesa mientras ellos revisaban las cosas que habían puesto sobre la mesa, yo les dije que trabajaba para las comunas que era chavista y los funcionarios se burlaron de mi diciendo que era un estúpido, al final me quitaron las esposas, y me dijeron que me fuera, y los funcionarios se fueron, yo saque nuevamente todo lo que estaba dentro del morral y lo coloque sobre la mesa para revisar que todo estuviera en orden, y me di cuenta que me falta la multiherramienta, yo le pregunte a las personas que estaban cerca en el hospital que donde estaban estos policías y la gente me dijo que ellos habían entrado al hospital, le pregunte al funcionario que estaba en la puerta del hospital por los funcionarios y me dijo que no habían entrado mientras que cuatro a cinco personas que estaban esperando me dijeron que si que ellos habían entrado, y me fui me retire del lugar.
Seguidamente se le formularon las siguientes preguntas.
PRIMERA: Diga usted, lugar, hora y fecha en que ocurrieron los hechos que narra?
CONTESTÓ: Eso fue el día de hoy 12/06/2012 a las 07:20 horas de la mañana, en la sede del Hospital Sor Juana Inés de la Cruz.
SEGUNDA: Diga Usted, qué personas se encontraban presentes en el lugar de los hechos que narra y dónde pueden ser ubicados?
CONTESTÓ: no. Estaba solo
TERCERO: Diga usted, si llego ser lesionado por parte de estos funcionarios policiales?
CONTESTÓ: solo fui sometido dos veces, una para esposarme y otra para hacerme agachar y me golpearon con la antena del radio por la cabeza en tres oportunidades.
CUARTA: Diga usted, los funcionarios policiales le manifestaron el motivo por el cual lo trasladaron a la sede del Hospital?
CONTESTÓ: no, nunca me dijeron el motivo.
QUINTA: Diga usted, cuantos funcionarios Policiales lo interceptaron?
CONTESTÓ: uno solo y fue el que me llevo al hospital y estando dentro del hospital llego otro funcionario policial.
SEXTA: Diga usted, si tiene conocimiento a que organismo policial pertenecen los funcionarios policiales?
CONTESTO: a la policía del Estado Mérida.
SEXTA: Diga usted, si tiene conocimiento como se llama el funcionario que lo intercepto?
CONTESTO: Juan Vargas y el otros funcionario que llego es de apellido Núñez.
SEPTIMA: Diga usted, cuanto tiempo permaneció con los funcionarios policiales en la sede del Hospital Sor Juana Inés de la Cruz?
CONTESTO: como 40 minutos.
OCTAVA: Diga usted las características físicas de los funcionarios policiales?
CONTESTO: Juan vargas es un hombre alto como de un 1.75, de cabello corto, moreno y el otros es pequeño, la cara un poco cuadrada, cabello rizado, de cejas abundantes, de piel oscura, como 30 a 35 años de edad.
NOVENA: Diga usted, si desea agregar algo más a la presente denuncia?
CONTESTÓ: no más nada Es todo, termino, leyó y conformes firman.
UEBELHERR-WILHELM JOSEF
Denunciante
Dunia Lorena Balza Molina
Fiscal Provisorio Décimo Tercero Ministerio Público
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República Bolivariana de Venezuela
Ministerio Público
Fiscalía Décima Tercera del Estado Mérida
willi übelherr [wube@gmx.net]
Mérida, 12 de Junio del 2012
Esta Representación Fiscal ha recibido Investigación Penal: POR DENUNCIA, por la presunta comisión de un delito CONTRA LAS PERSONAS. Por cuanto la misma pudiera configurar delito (s) de acción pública y cuya acción penal para perseguirla (s) no se encuentra evidentemente prescrita y de conformidad con las atribuciones que me confieren los artículos 16 numerales
2 y 3 y 31 de la Orgánica del Ministerio Publico, 108 numerales 1 y 2 del Código Orgánico Procesal Penal, y artículos 283 y 300 del Código Orgánico Procesal Penal se ordena el INICIO DE LA INVESTIGACIÓN PENAL. En consecuencia, se comisiona suficientemente a los órganos de investigaciones penales, cuyos funcionarios deberán cumplir con la práctica de las diligencias solicitadas, en acatamiento a lo dispuesto en los artículos 110,
111 y 309 del Código Orgánico Procesal Penal y remitir lo actuado con la mayor brevedad posible a esta Fiscalía Décima Tercera del Ministerio Público del Estado Mérida.
Dunia Lorena Balza Molina
Fiscal Provisorio Décimotercero Del Ministerio Público con Competencia en Protección de Dereches Fundamentales de la Circunscripción Judicial del Estado Mérida
14-DPDF-F13-00102-2012
N° CICPC:
Dirección de Oficina: Calle 19 entre avenidas 3 y 4 Edf. Pulido Piso 3 Mérida.
Teléfono 0274-2526827
