Rubén Ramos
Más allá de lo que fabrican los “yuppies” del mercado para distorsionar la realidad y confundir a un pueblo mayoritariamente deficiente en capital cultural y ayuno en cultura política, yo me referiré a lo que imponen los realmente “poderosos” que manejan el país utilizando a los fantoches de turno. Esto, ciertamente no es nuevo. Desde el nacimiento del FMI y del BIRF (ahora llamado Banco Mundial), del vientre de ese monstruoso aparato de muerte y destrucción llamado NNUU, los llamados “gemelos” son los “poderosos” que instrumentalizan el Poder de la inteligencia encaramada en los gabinetes estratégicos o think tanks. Estos, a su vez, expresan el pensamiento de las logias judías y judeocristianas vinculadas a la riqueza que se explota, se produce y se distribuye en el mundo, desde siempre. El orden mundial capitalista fue concebido y creado por estas logias. Su financiamiento y reproducción fue encargado, primero, a esas dos instituciones y posteriormente también al BID y a la USAID. Su control comercial, primero al GATT y luego a la Organización Mundial de Comercio OMC. Su control militar a las “fuerzas de paz” de las NNUU y hora a la OTAN y a las “compañías” de mercenarios que se agrupan en la Asociación Internacional de Operaciones para la Estabilidad (ISOA por su sigla en inglés). La “cooperación y asistencia”, para el caso de la educación y la salud, a la UNESCO y a la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Lo que debe quedar claro, es que para instrumentalizar la vida política, económica, social y cultural de los países de América latina (excepto Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador), en función del Poder de la logias judías y judeo cristianas que manejan el mundo, no hay más “poderosos” que el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo BID y la Agencia Internacional para el desarrollo de los Estados Unidos USAID. A estas se suman las instituciones subsidiarias encargadas de la sedición y el terror que comparten el financiamiento y ejercen el control absoluto de todos los poderes del Estado, los partidos políticos y congresistas, las encuestadoras, los diarios, los canales de televisión y las ONGs de todo tipo y tamaño, tanto en el Perú como en América latina. De esto he dado cuenta en anteriores artículos y también en mi libro La educación en América latina: un enfoque desde la institucionalidad del orden mundial capitalista (editorial académica española, eae, 2012, ISBN 978-3-8484-7058-7)
Lo que quiero mostrar ahora, como un aporte al entendimiento de los maestros y médicos respecto del por qué no les aumentarán ni un medio, pese a sus huelgas, es lo que el “poderoso” Banco Mundial tiene establecido respecto de la situación salarial de estos dos gremios de trabajadores. Recordemos previamente que el poder en un país lo ejerce quien toma las decisiones, dicta las políticas, diseña las estrategias, fija los planes y programas de los diferentes sectores, y, sobre todo, maneja la economía, digita a su ministro y a los de los otros ministerios. Al respecto, desde los 90’, no hay ministro, viceministro y autoridades clave, que no haya sido alto o mediano funcionario o simplemente informante o peón del BM del BID o de la USAID. En el caso de la ministra de educación, esta fue presidenta del Consejo Nacional de Educación (CNE), que es una institución creada por el BM para concretar el proyecto de “educación para todos”, al igual que el Foro educativo nacional. Los burócratas de la educación del CNE y de Foro educativo y sus actividades son financiados por USAID. La actual ministra de salud, ha sido representante de USAID en el Perú. USAID es la agencia internacional para el desarrollo e los Estados Unidos y depende directamente del departamento de Estado. El ministro de economía es co-gobernante del Banco Mundial. También están los que –interpósita persona- responde a los intereses de la Trilateral (uno de los think tank geoestratégico militar de los Estados Unidos), o son simplemente amigos de confianza del premio nobel de literatura.
Volviendo al “poderoso” Banco Mundial. En el 2006, en el capítulo 2 del libro Un nuevo contrato social para el Perú: ¿cómo lograr un país más educado, saludable y solidario?, puntualizaba que:
“Los gastos salariales en los sectores educación y salud han venido creciendo en años recientes. La proporción del gasto corriente dedicada al salario de los docentes, recomendada internacionalmente, es de 66 por ciento para la educación primaria. El Perú llegó a 88 por ciento en 2004, lo que lo puso en la parte superior de una lista encabezada por países africanos como Nigeria (96%) el Congo (90%) y Tanzania (89%)…Casi 90% del salario total de los maestros proviene de bonificaciones, entre ellas una por preparación. Urge pues una reforma exhaustiva que restablezca algún control sobre el rubro salarios. Si bien nadie niega que los docentes constituyen un sector clave del sistema escolar o que pagarles de modo adecuado sea importante, lo cierto es que queda muy poco dinero para adquirir insumos necesarios, como libros de texto y materiales de colegio, y para solventar actividades de capacitación, lo que, obviamente, tendrá un impacto sobre la calidad de la educación” (p 107).
“No es distinta, la figura en el sector salud caracterizado por los pagos informales y la falta de transparencia. En él también 90% del salario total está conformado por bonificaciones no sujetas a beneficios sociales, no pensionables y que no se incluyen en el sistema de planillas. Además el MINSA registra el más alto número de trabajadores contratados con la modalidad de servicios no personales” (p 109).
Dada esta situación, el BM precisaba, a inicios del 2006, que el gobierno de García tenía que “limitar el gasto expansivo en la planilla de los docentes y trabajadores de salud para incrementar su espacio fiscal y mantener protegidos los gastos clave” (léase, destinados a “negocios lucrativos” de los socios privados extranjeros y nacionales del BM, del BID y de USAID). Para el BM, la forma correcta de gastar en educación y en salud, no pasa por pagarles bien a los maestros y a los profesionales de la salud. Pasa por destinar el gasto en función de los “lucrativos negocios” de sus socios inversionistas convocados especialmente en EEUU, Canadá, Europa, Japón, Corea del Sur, China y también en el Perú. Mil soles de sueldo (no pensionable) a los docentes y médicos representa un exceso que atenta contra los intereses de los fabricantes de libros y otros materiales, de computadoras y otros equipos, de instrumental médico, fármacos y contra los negociados de la capacitación, la asesoría y la gestión. Atenta, contra la continuidad de los préstamos con cargo a nuestra deuda externa. Los maestros de las escuelas públicas pobres y los médicos de áreas rurales no importan. Mucho menos la calidad de la educación, la salud preventiva. Lo que asegura la reproducción del sistema no son los maestros ni los médicos, sino los contenidos ideologizados de los materiales, los equipos, los libros, la información. De su distribución y difusión se encargan las instituciones educativas privadas y las del consorcio católico, las de Fé y Alegría, las de las sectas e iglesias católicas y protestantes en los llamados colegios parroquiales (financiados con recursos del Estado), las ONGs vinculadas al BID y a USAID e interesadas en generar la nueva clase media en los “innova schools”; las mineras, los bancos y las empresas privadas que operan los llamados programas de “responsabilidad social”. Igual en el caso de salud. Importan los ”negocios” en infraestructura, equipamiento, instrumental médico y de asistencia, ambulancias, y accesorios que no se producen en el Perú y que hay que importarlos (aunque no funcionen) y cuyo mantenimiento hay que asegurar como parte del negociado.
El gobierno de García cumplió con lo impuesto. Los mejoras salariales de los docentes se orientaron a infraestructura y reconstrucción de colegios (los llamados emblemáticos y otros) y al mito meritocrático de la llamada carrera pública magisterial que sólo alentó corrupción y engaño. En salud, del mismo modo: infraestructura, services, tercerización y los negociados con vacunas para fiebres y pestes inventadas por los judíos dueños de la industria farmacéutica.
En enero 2012, en el libro El Perú en el umbral de una nueva para consolidar el crecimiento económico y un desarrollo más incluyente Vol II parte 1, el BM advierte al actual gobierno el problema que representa la fragmentación y existencia de sistemas salariales diversos. En vista de que ninguno de éstos satisface las necesidades actuales del “ahorro fiscal”, la administración de Humala debe reemplazarlos por uno simplificado que guarde relación con los niveles de responsabilidad de los servidores públicos. La intencionalidad, sin embargo, apunta a asegurar las acciones a emprender por la empresa privada (socios inversionistas del BM, BID, USAID) con el gobierno nacional y con los gobiernos regionales y locales. Para este efecto el gobierno ya promulgó la Ley Nº 29230, “Ley que impulsa la inversión pública regional y local con participación del sector privado” e incluso, publicó el formato para la firma de los convenios respectivos. El BM, ha impuesto proceder con la simplificación de los sistemas de pensiones existentes.
Cuando los ministros y vice ministros dicen que están preparando una reforma integral de los salarios y las pensiones, se refieren precisamente a la orden impuesta por el BM no precisamente para ordenar el caótico sistema salarial existente y su errática legislación, sino para procurar el “ahorro fiscal” que le permita a sus socios y a los del BID y USAID copar la administración pública a nivel del gobierno central y de los llamados gobiernos “sub-nacionales” (en la jerga de estos aparatos de la perversidad financiera).
Tal vez esto sirva para advertir la necesidad de que dirigentes e integrantes de las organizaciones de los trabajadores de salud y educación y de otros sectores, dejen de mirarse a los pies y re-orienten sus reclamaciones hacia el verdadero poder que maneja nuestro país.