Ya no debería ser un secreto que la OxyContin ha sido y seguirá siendo, la droga más popular que muchos adictos eligen a la hora de un efecto inmediato. En muchas áreas, las prescripciones de OxyContin son revendidas en el mercado negro pudiendo alcanzar un valor de $80 dólares, por píldora.- un frasco con 100 píldoras cuesta U$S 8.000.
Como mínimo, este es el valor al cual OxyContin solía venderse antes de que su fabricante, Purdue Pharma LP, lanzara una nueva versión de OxyContin que no puede ser dividida, pulverizada, rota o disuelta en agua. El mercado negro de OxyContin ha ido decreciendo lentamente desde este cambio en la fabricación, una acción que fue considerada como una intervención exitosa para detener la prescripción ilimitada que lleva al abuso y la adicción.
El problema es que los drogadictos han sustituido aquella droga por la heroína que se vende en la calle, que es más barata y fácil de conseguir que la OxyContin. Dicho de otra forma, la industria farmacéutica lleva exitosamente a millones de personas a la adicción a las drogas mediante los analgésicos, para luego retirar esas píldoras del mercado, forzando a algunos de esos millones a consumir drogas de la calle.
Y de acuerdo al estudio de NEJM, que fue realizado por los investigadores de la Universidad de Washington en St. Louis, Missouri, y por la Universidad Nova Southeastern en Coral Gables, Florida, desde que Purdue reemplazó la fórmula original del OxyContin por el nuevo compuesto, el abuso de drogas se incrementó en un 36%. Muchos de los pacientes que dejaron la OxyContin cambiaron la falta de esa droga por la heroína, ya que las tasas de consumo de heroína aumentaron al doble alrededor de ese período.
«Ahora estamos viendo reportes de todo el país sobre el consumo de grandes cantidades de heroína en áreas suburbanas y rurales», dijo Theodore J. Cicero, Vicepresidente de Investigación de la Universidad de Washington, Departamento de Psiquiatría. «Inhabilitados para usar OxyContin con facilidad, que era una droga muy popular en estas áreas, los drogadictos que prefieren inhalar o inyectarse drogas, ahora han mutado hacia drogas más fuertes, si las pueden conseguir, o hacia la heroína».