El estrés puede provenir de cualquier situación o pensamiento que lo haga sentir a uno frustrado, furioso o ansioso.

Muchas personas sienten síntomas de estrés en el cuerpo. Se puede experimentar dolor abdominal, dolores de cabeza y dolor o tensión muscular. Cuando se está muy estresado, puede notar: frecuencia cardíaca más rápida, latidos cardíacos saltones, respiración rápida, sudoración, temblores, mareo, entre otros.

Ahora bien cómo influye el estrés en nuestro trabajo, cuando además gozamos de una herramienta tecnológica como los correos electrónicos.

Según recientes estudios, el exceso de correos electrónicos que recibe una persona en su lugar de trabajo lo afecta con un incremento de estrés, incidiendo con la pérdida de productividad de las compañías, porque por un lado destinan mucho tiempo en revisar los correos y de vez en cuando aprovechan  chateando con una chica o chico, que aunque esta última situación puede desestresar al trabajador en ese momento, cuando se ve con la acumulación de trabajo por la pérdida de tiempo se disparan las neuronas y el estrés se adueña de nuestros cuerpos.

Otra perderá de tiempo a través de los emails son esas cadenas o información adjunta que nos envían los amigos o conocidos, según para desestresarnos. Cuando abrimos un email, nos comienza a llevar lentamente por algunos pasajes, hasta luego de cierto tiempo darnos la información o el mensaje que se quiere. ¿eso ayuda al estrés?, de ninguna manera todo lo contrario, nos pone más nerviosos y agresivos, y nos preguntamos en alta voz: ¿ese no tendrá oficio?.

La tecnología es lo mejor del mundo y nos ayuda a darle celeridad a todos los procedimientos, pero mal utilizada nos enferma y hace malos trabajadores, afectando directamente nuestra calidad de vida.

Los correos electrónicos provocan muchas interrupciones durante la jornada de trabajo, y según los estudios, cada trabajador emplea 30% de su jornada laboral en atender las llamadas o los emails, que cada vez exigen más inmediatez a la hora de responderlos, de manera que el propio empleado contribuye también a incrementar el exceso de intercambio de información.

Si un trabajador pasa tanto tiempo gestionando los mensajes, esa actividad puede llegar a superponerse a la actividad principal de la empresa, a la actividad productiva, lo que es sumamente grave para cualquier institución, sea pública o privada.

Por lo tanto, se puede concluir que las nuevas tecnologías, creadas para gestionar de manera más simple y eficaz el flujo de información, estarían teniendo el efecto contrario. “Es paradójico”, según los investigadores, y por tanto es difícil ser un buen gerente si no se está estabilizado mentalmente.

En todo caso, pasar por alto los correos puede reducir el estrés; tiene un efecto positivo sobre el corazón y además aumenta la productividad.

En los casos de las empresas que deben estar enviando o procesando información referente a su actividad con instituciones del estado, vemos que hay una sobrecarga, y a pesar de ser rápidas las gestiones, hay un mayor volumen de solicitudes y esto hace que los trabajadores terminen literalmente locos al concluir la jornada de trabajo, donde se corre el riesgo de presentar daños que pueden ser graves tanto para la salud física como mental.